Arabelle solo tenía una cosa en mente y esa era salir de la mansión Gurkan. Su cabeza le dictaba que estaba sumergida en un inmenso peligro del que podría no salir bien parada si se quedaba más tiempo. Tenía dinero que podía usar para salir del pais y podía escapar con ayuda de conocidos de su padre sin que estos supieran que era un escape. Solo necesitaba un avión, pero de preferencia de vuelo comercial porque un privado podria ser localizado de inmediato por su marido y era lo que menos deseaba. La mujer estaba sentada delante del abogado de su padre, se suponia que debía quitar las cláusulas para que una vez hecho el divorcio su marido pudiera tomar parte de todo sin vacíos legales. El abogado le mostró los papeles y ella leyó cada una de las estipulaciones. —Las cláusulas son vital

