El cuerpo de Zaid fue encontrado cerca de las costas del reino del Oeste. Un par de pobladores que fueron a pasar el día en la playa hicieron la denuncia a los guardias del palacio y, tras ser llevado a la morgue, fue identificado como el campesino perdido. De inmediato, el duque Zuberi mandó que lo trajeran para una investigación más exhaustiva sobre la causa de su muerte. Y cuando lo vio, se alarmó al presenciar un rostro tan retorcido, con los ojos saliéndole de las órbitas y varios dientes perdidos. El consejero de la reina quien, en esos momentos, asesoraba al duque en asuntos del Estado, le preguntó: - ¿Qué piensa hacer con él? - Vamos a mantenerlo en el palacio – respondió el duque – la reina querrá verlo antes del entierro. Seguro que, si se entera, regresará

