II

2018 Words
Jodida mierda... Estoy en el momento y lugar equivocado. Lo se cuando ese hombre con la navaja empieza a acercarse; haciendo que retroceda y trague grueso. Tiene una sonrisa horrible, sangre en sus manos hace que tiemble en mi lugar; sus ojos escaneando cada parte de mi cuerpo, Es mi fin; pero choco con un pecho duro en mi espalda haciendo que mire hacia arriba. — Sabia que te lucirías con mi regalo de este año, Daggersito — La voz del hombre es burlesca, a comparación a Blackwell que puedo verlo tensarse. El ambiente ahora se torna tenso a pesar que a metros de nosotros anden despedazando unos cuerpos. Ellos dos se miran como si tuvieran una discusión interna. — No soy tu regalo, soy su... Novia — La cague, nuevamente en esta noche; me mira divertido sin creerlo y apenas volteo a mi alrededor todos esperan una respuesta de Blackwell. Mientras que este tiene las cejas hundidas haciendo una mueca terrorífica en sus labios. Y como si fuera normal en mi, agarro sus hombros y me alzo para poder llegar a su boca; me es difícil sostenerme pero le doy un beso fuerte haciendo que trague grueso por su reacción. Totalmente rojo de furia al igual que sus ojos; Las venas de sus brazos y frente amenazándose en explotar; lo abrazo con cariño y me volteo hacia el hombre con una sonrisa. — ¡Vaya!, si que son pareja; Daggersito nunca se deja tocar y si eres una de sus victimas ya estarías con los angelitos — Esa sola mención, hace que me aleje de su cuerpo rígido; aquel hombre fija su mirada en Blackwell que no ha dicho ni una sola palabra. — Aun así, la comportarías conmigo; no quieres que sea tu enemigo... Por una simple chica — Finaliza para tratar de agarrar mi mano, mientras saborea la sangre posada en sus labios.  Pero se le adelanta Blackwell alejándolo de mi. — Ella no... Es mía, nadie la puede tocar —. Habla con impotencia, algunos se alejan y otros están pendiente de la función — Si la tocas, tendrás a todos en tu contra; Stefano, ¿quieres eso? — Vocifera haciendo que Stefano se quede totalmente mudo, su rostro ahora de enojo hace que saque sus dos armas en su dirección; Blackwell silba levemente y ahora todo el lugar se apuntan unos contra otros. Puedo notar como todos, excepto los guardias y ellos dos tienen su cara descubierta; los otros la esconden con una mascarilla o gorra negra; estoy totalmente inerte en mi puesto. Stefano alza sus manos, al igual que su gente y guardan las armas; Blackwell agarra mis muñecas con fuerza para encaminarnos a aquel balcón que se puede notar. En el camino mis muñecas duelen de la fuerza que este ejerce, todos no dejan de mirarme con curiosidad y otros con... ¿Deseo?; ¿Qué clase de bar es este?. Me deja en un sillón totalmente duro haciendo que mi trasero pida compasión, su mirada fría mirándome como si no supiera lo que hará conmigo. — No me sigas, que parte no entendiste; cavaste tu propia tumba; mocosa — Farfulla con enojo inclinándose hacia mi lugar, su rostro totalmente rojo, sus ojos aniquilándome con la mirada. Nuestros rostros tan cerca que en un solo movimientos nuestros labios se tocarían.  Pero el sonido de tres disparos abajo de nosotros nos alerta, Blackwell me coloca a ahorcadas de el sintiendo su cuerpo; puedo ver como se tensa con mi toque. — Resulta, que no nos creímos tu cuento; ella es Evelina Roberts, una jodida policía que te coges; nadie quiere arriesgarse... De verdad que no quería, cierto; si quería, la violare tantas veces que su v****a nunca será igual y la matare, delante de ti para hacerte recordar que no se confía en nadie — La voz de Stefano justo detrás de mi haciendo que empiece a sollozar; aprieto mi agarre en su cuello mientras oculto mi rostro; Blackwell hace que lo mire mientras seca una de las lagrimas: en un susurro le pido ayuda pero entonces sonríe de medio lado logrando que me tranquilice y nos colocamos de pie. — Quien trate de tocar un solo cabello de Evelina Roberts, orinare en su puto rostro para echarlos al océano en su tumba. Ustedes deciden — Blackwell grita con fuerza haciendo que respingue en mi lugar al igual que muchos de los presentes, excepto Stefano. Todos; exclusivamente todos lo miran sin creer su reacción. Entonces nunca ha tenido a alguien... ¿Quién es Blackwell?. — Blackwell estamos poniéndonos en riesgo, solo queremos estar seguros — Un hombre rubio se alza haciendo que muchos opinen al respecto. Todos empiezan a alzar su voz contra Blackwell mientras este me suelta de las manos en el momento que bajamos las escaleras. Todos me miran con desconfianza y odio. Soy una jodida estúpida, así que en el momento que todos están peleando. Hago la mayor locura que se puede hacer a estar rodeada de asesinos y psicópatas. — ¡Un ovni! — Grito mientras señalo detrás de todos ellos, que todos siguen mi dedo y es mi momento de correr; puedo escuchar que me seguirán, pero logro salir de ese bar. Las luces normales, la gente bailando como si todo fuera normal. Tropiezo con una persona haciendo que caiga al suelo, que al voltear a la puerta veo salir a Stefano con una sonrisa juguetona. Me levanto con todas mis fuerzas saliendo del lugar. El Silence Bar es conocido porque esta dentro de un bosque, y yo no pude tener mas suerte; adentrarme en un bosque que no tengo ni idea quienes estarán es lo único que mi torpe cabeza puede pensar. Ramas en mi rostro haciendo que raspen y sangre; pero lo único importante es encontrar un lugar seguro. Veo una pequeña cuevita, agradezco ser bajita y no haber comido pizza pude entrar. Puedo escuchar mi corazón latir con tanta fuerza haciendo que respire continuamente para tranquilizarlo, cuando escucho pasos haciendo que tape mi boca y le rece a todos los dioses que siempre dije que no existían. Nunca pensé alegrarme por ver la cara de asesino de Blackwell por inercia lo abrazo por su torso aferrándome a el; pero esta vez parece no gustarle. — Solo te salve por lastima, no lo hare de nuevo —. Pronuncia mientras aprieta mi cuello con fuerza haciendo que las lagrimas salgan — No vuelvas a tocarme, sin mi permiso — Termina para soltar el agarre y empezar a caminar con rapidez. Lo sigo luego de segundos, su espalda grande hace que sienta protección; estoy jodidamente loca. Pero es el único que no tiene de matar mi dulce rostro. ¿No? Llegamos a su camioneta blindada, justo antes de cerrar sale Stefano botando sangre de su boca con un hombre de Blackwell. Hace lo que nunca imagine y tapa mis ojos en el momento que suena un disparo abrazándome a mi misma. La camioneta empieza a andar con rapidez haciendo que mis nervios estén de un hilo. — Te llevare a tu casa, no tendré nada que ver contigo; estoy arriesgando mis aliados por ti, no pidas mas de mi — Habla mirando mi rostro totalmente pálido, busca algo en su chaleco para sacar una pequeña arma, por acto reflejo retrocedo pero este se acerca a mi y toma mi mano. — Con seguro, sin seguro; dispara y corre con todas tus fuerzas, no le darás a nadie; pero tendrás algunos minutos con suerte — La coloca en mis manos mientras abre la puerta atrás de mi; me bajo sin decir nada y la camioneta avanza a toda velocidad. Puedo escuchar cada paso que da la gente alrededor, como las hojas bajan de los arboles haciendo que corra hacia mi edificio. Espera. ¿Como sabe Blackwell donde vivo?. Mis nervios se perdieron y cierro la puerta principal con los seguros y el estante de libros que casi me dejan sin uñas. Saco la pequeña arma que me dio mientras miro la puerta. No pude dormir, la alarma suena haciéndome saber que debo ir a la universidad. Apenas pude darme una ducha al igual que mi vestimenta aun mas desaliñada. Al llegar, Chloe me recibe con un abrazo que corto de inmediato. Ella puede estar en peligro. El examen de Hill que pase con tan bajita nota que hasta el me pudo mirar sin entenderme, pero dejo el aula para poder salir lo antes posible de la universidad sin querer matarme. Trabajo en una cafetería, atendiendo gente; he roto como tres platos y incontables vasos, pero aquí estamos. La cafetería es pequeña, un menú sencillo pero el mejor café de Tenesse, sirvo el café a la pequeña pareja de ancianos que tienen sus manos agarradas, la pequeña campanilla haciéndome saber que alguien quiere que le tome la orden. — Bienvenidos al café de Robert, ¿Qué desea? — Digo el monologo sin mirar a la persona esperando su pedido. — A ti — Su voz, la voz de Stefano haciendo que mi corazón amenace con salirse de su lugar; ahora parece con una camisa blanca y su rostro tranquilo. — Vendrás conmigo, conejo; si no quieres que nadie muera — Me habla sin ningún sentimiento y miro toda la cafetería, en cada esquina los hombres de Stefano con mirada burlesca. — Blackwell esta... — Blackwell esta en una Reunión por tu presencia en nuestro bar, hasta puedo decir que no eres tan importante; vendrás conmigo, tengo poca paciencia conejo — Al finalizar se levanta y coge mi antebrazo con fuerza. Intento pedir ayuda con la mirada pero todos parecen entretenidos en lo que hacen. Es mi final, listo. — No puedes llevarme, gritare y llamaran a la policía; diré todo de ese bar... Blackwell te encontrara y te despedazara — Nunca pensé contestarle a un psicópata pero una vez que empecé a hablar nada me paro.  — Suéltala — La voz de Blackwell ahora es como de un dios; lo miro sin creerlo, mientras esta lo apunta con un arma; los que estaban en la cafetería empiezan a sollozar. Blackwell fija su mirada en mi y luego en el agarre que puede notarse fácilmente lo rojo que esta. — Con gusto, aunque dudo que ella vaya contigo — Suelta el agarre haciendo que me valla hacia en frente y sienta las manos de el en mis hombros. Me alejo de el por miedo y Stefano se ríe con fuerza. Stefano esta demente, Blackwell es un total misterio pero de alguna forma me quiere viva. Es un hecho. Cojo su mano con fuerza y este me coloca detrás de el. — Ella es mía, recuerda las reglas y no te metas con la pareja de alguno de los miembros Stefano — Su voz con autoridad, su mano protegiéndome con fuerza hacen que le pase por alto que diga esa bobada de "eres mía". — Nadie estará de acuerdo — Stefano replica. — La Reunión fue un éxito, estas en mi lista; algún error y tu cabeza será mi trofeo — Blackwell finaliza para empezar a caminar hacia su camioneta. Un disparo y luego un quejido de parte de Blackwell. Le disparo. Millones de disparos a mi alrededor, sus manos ahora agarrando las mías mientras no dejan que me separe de el. — Estarás bien, es solo una balita; oh dios sangre, le tengo asco la sangre que voy a morir — Chillo mientras presiono la herida para que no muera. — ¿Por qué nadie viene?, tienes que mirarme y escuchar mi voz, es sumamente horrible pero créeme es mejor que estar con los angelitos — Trato de bromear pero la sangre que sale con tanta fuerza en su hombro es impresionante; voy a vomitar.  Sus hombres vienen para meterlo en la camioneta, uno de ellos se asegura que este bien mientras toma mis hombros en acto de protección. Su respiración es rápida, oh dios se va a morir de verdad. — Blackwell, si te mueres. Te mato yo — Di mi nombre. — ¿Blackwell?. — Jodidamente perfecto, Evelina.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD