En cierto modo quería alterar el rumbo de la historia, y no hundirme en depresión cada vez que ella no estaba, pero no podía y esa era la realidad de las cosas, y la nueva manera de vivir y para la de seguir. Me tocaba conformarme y esa era la cuestión.
A donde iba no podía sacarme de la mente la idea que estaba con el sujeto aquel, en ocasiones pensé parecerme a él pero sabía que mi esencia era inquebrantable e inalterable, así que no me daba tanto lío a mente por eso, yo era lo mejor que ella podía haber tenido y lo que tendría en su vida, solamente que ella o se negaba a aceptar ese hecho o estaba tan ciega que no se daba cuenta de esa verdad. Dicen que la ignorancia es la felicidad del inentendido, eso es lo que pensaba yo con respecto a ella, decía que estaba bien así, con esa manera de vivir y de estar.
Siempre seré quien más atención y compresión le dio, nadie podrá retirar ese sitio, ni por cientos que vengan, fui el que más ella amo y yo el que más la amo, incluso más que nadie y un así había discrepancias.