Primer momento

1616 Words
Primer momento Parte 1 El sol renaciente, que da su brillo a empezar el alba, que durante siglos no ha apagado su fulgor, y dando luz al bosque de lieu de fée, tan antiguo y místico como el tiempo mismo. Se dice que su nombre se debe a las hadas que allí se hallaban, algunos otros dicen que su nombre era debido a los primeros hombres que recorrieron este sitio y le llamaron así por estar cerca de un sitio de peregrinos españoles devotos a la fe. Sin importar como fue o porque de su nombre, indudablemente era un sitio de gran misticismo e imponente por tal tamaño, apodado por conquistadores como el océano verde, su majestuosidad carecía se símil, y su impetuosidad adornado por altos troncos de toda especia de árboles, tan verde que deslumbraba. ¡vaya bosque! Algo que llamaba tanto a la atención y daba ese mote de mágico, era por una leyenda que ha sido trasmitida de generación en generación, a través de los años. Una leyenda de una diosa, un ser mitológico y mágico, reina y guardiana del bosque. Se cuenta de su trágica vida; llena de amor, felicidad, tristeza y dolor. Una diosa de miles años, según muchos relatos se decía que era inmortal, pero hay una historia que, si fue real, y es la que cuenta de una niña en una cabaña en épocas de paz. Una pradera era su hogar, su lugar seguro y el mejor sitio para estar, tranquilo y en paz, a las orillas del río, junto a u a familia que daba amor y cariño a con sus hijos. Un hombre de poca sutileza, pero amoroso para con su familia. Un legado que construyó su propia casa, de los árboles que taló y lijó para armar aquella cabaña, junto a su pequeño de 13 años el chico de ojos azules y cabello dorado, ayudaba a su padre con la tala y venta de madera en el pueblo. En casa se quedaba las dos mujeres, la madre que hacía de comer para cuando llegasen los hombres de la casa, y la pequeña Diyarly de 8 años, que siempre jugada en las orillas del río, y cuando estaba su hermano, jugaban con las bestias del campo. La felicidad inundaba la mente de la niña Diyarly, que veía pasar a los peces al sentarse a la orilla, en una piedra que allí yacía. El padre no ganaba mucho por la venta de madera, ya que se empezaba a trabajar más con hierro para esa época, siendo el auge del acero. Los carpinteros ahora trabajaban menos, y los madereros no eran tan necesarios. Por suerte para el leñador, tenía un hombre que se compadeció de su situación y compraba su madera para no hacerlo volver a casa si bocado de pan, para su familia. Pero este compraba su madera a muy bajo costo, obligando a cortar mucho más, y esforzarse mucho más para talar más madera, y hacer suficiente para sustentar la cocina, tener lo bastante para cuando llegasen el invierno, y se haga más difícil la labor. Todo parecía complicado y no era mucho, pero con ese poco eran muy feliz y estaban juntos. Pero la felicidad no es eterna y la desgracia tocó a la puerta de manera tan repentina y abrupta, que en un parpadeo los desoló la tragedia. Una mañana de un otoño ya casi llegando a su fin, el padre y el chico se fueron al bosque a talar un inmenso roble que tenían tres días intentando derribar. La pequeña Diyarly y la madre se quedaron en casa, preparando comida y lavando las ropas. Ya pasada la mañana una caravana de hombres provenientes de las lejanas tierras del sur, se acercaron a la cabaña y amarraron sus caballos a la entrada de esta. La pequeña se va atrás a verlos y los hombres aquellos irrumpieron en la casa, mientras la madre se hallaba a pie de la fogata, y la pequeña en la parte de atrás de la cabaña, jugando con el cabrío de días de nacido, mientras esta se hallaba allí, oye a su madre gritar y aventar la sartén. Al oír esto, la pequeña corre hacia el bosque para avisarle al padre de lo acontecido, la chica corría sin parar y casi cayéndose del agotamiento. Al escuchar el sonido de la sierra travesando al roble, ella empieza a gritar para que su padre e hermano le escuchasen, esta decía casi sin aliento ya… — ¡ayuda papá, ayudamos! — grita la pequeña a su padre. El padre al oír esto sale al encuentro con su hija, al verla corre hacia ella y le pregunta por lo que sucede. — Cuenta ya niña, ¿Qué ha pasado, que vienes así tan exaltada? — pregunta el padre. La niña le responde… — Es mamá, unos hombres la atacan — dice la pequeña, ya sin aire. Al oír estas palabras el hombre se devuelve a donde estaba el chico, toma su hacha y se dirige a la cabaña. Los dos hermanos de ven y la pequeña abraza a su hermano, y este Le pregunta sobre su madre, está le dice que ha sido atacada por hombre de a caballo. El chico al oír esto, salió corriendo a ayudar a su padre y le dice a la pequeña que se escondiese en el bosque, hasta que la fuera a buscar y todo ya estuviese seguro, que hasta entonces no se acercase a la casa. La pequeña fue e hizo como su hermano le había indicado, y se adentró a una parte del bosque donde se sintiese segura, se sentó a pie de un árbol donde yacía musgo donde se sentase. Pasaron varios minutos y ella seguía allí, pasaron las horas y esta empezaba impacientarse, y pensó en ir a casa a ver que sucedía, pero su hermano le había prohibido eso explícitamente, así que espero más. La noche empezaba a llegar y la pequeña se desesperaba y empezaba a tener miedo de estar sola allí. En su mente seguí deseando en ir a casa, pero temía que su hermano se enojase con ella por no hacerle caso a su orden. Pero la noche llegaba así que se levantó y se dirigió a su casa. Ya en el ocaso del día, cuando el sol daba su último rayo de luz. La pequeña llega a la cabaña y la ve reducida a cenizas y escombros, a ver esta escena desgarradora, se desploma de rodillas al piso, y rompe en llanto, gritando ¡MAMÁ, PAPÁ!, con lágrimas en los ojos se levanta y entra a la casa, y a la entrada encuentra un cuerpo irreconocible, pero de una se percata que se trataba de su padre, ya que en su mano se hallaba empuñada el hacha de papá, y la pequeña ya sabía que esto sería aún peor. Siguió adentrándose en casa y llega a la recamara y ve tendía en la cama a el cuerpo de su madre que estaba quemado y sin ropa, y el su cuello el collar que ella siempre cargaba, se acerca y toma el collar, lo limpia y lo abraza mientras sus lágrimas recorrían su rostro. La pequeña salió de la casa y se sentó a la entrada mientras lloraba desconsoladamente. El hermano había sido raptado y llevado como esclavo por los hombres, estos eran guerreros provenientes de lejanas tierras del sur como delegados del rey, y al paso por la cabaña decidieron entrar y arrebatar comida, estos se hallaban exhaustos de largas semanas de camino sin comer ni probar mujer. Al ver la chimenea humeando, vieron la oportunidad de saciar su hambre. Para suerte de ellos y desgracia de la familia, se hallaron con la madre, la cual despojaron de sus vestimentas, maniatarla y golpearla con salvajismo, hasta provocarle la muerte, eran al menos 15 hombres, todos ellos se turnaron para violar a aquella indefensa mujer, el padre llego cuando estos aun la violaban y esta gritaba, aunque tenía una mordaza que no la dejaba oírse. Empuñando el hacha se enfrentó a uno de ellos por la espalda y cortando de un solo golpe la cabeza de que se hallaba por la parte de atrás, descuartizando el cabrío, todos estos hombres eran guerreros y expertos hombres de armas, mientras que un hombre impulsado por la ira llegó hasta la puerta de la cabaña y fue allí donde unas espada traspaso su pecho y mientras se quejaba de dolor, con las ultimas fuerzas levanto su hacha y corto el brazo del hombre que empuñaba la espada, este empezó a gritar, mientras otro se acercó por la espalda de aquel moribundo leñador, y degollando su cuerpo, cayó al piso y allí murió mientras sus ojos aun reflejaban dolor, ira e impotencia. El chico llego cuando estos empezaban a prender fuego a la cabaña y este con un pequeño puñal se acercaba corriendo y gritando como si de una batalla se tratase. Al intentar atacar a uno, este le sostuvo el brazo que portaba el puñal y le abofeteó, haciéndolo caer al suelo, el muchacho se volvió a levantar y el hombre esta vez le dio un golpe que lo hizo caer desmayado, el chico tenia valor, pero no la fuerza para combatir a un guerrero experimentado. Fue así entonces como ese trágico día, la pequeña Diyarly, había quedado sin familia, y decidió correr de nuevo al bosque para refugiarse de aquellos hombres tan despiadados. A pesar de que ya era de noche, la pequeña se quedó allí en el mismo sitio, donde su hermano le pidió que se quedase, con la esperanza de que su hermano volviese a por ella, pero este no llegaba.
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