Segundo momento parte 2

1094 Words
Segundo momento Parte 2 El invierno era largo y las criaturas del bosque sabían que se debía preparar desde antes de que este llegue, las provisiones y la capacidad de calentarse, de la segunda algunas criaturas tenía seguro el calor por otras que le daban en aquellas noches de invierno. La joven cada año recordaba a sus padres y como se esmeraban por proporcionar calor a sus pequeños, esto con pieles y estar a pie de una fogata. Aunque el pequeño Tryon era sensible al humo y no podía estar frente al fuego ya que no podía respirar. Diyarly recuerda que su madre le preparaba ungüentos con eucalipto y otras plantas que ayudaban a respirar al pequeño Tryon. — ¿Qué habrá sido de mi hermano, qué atrocidad le habrán hecho esos hombres? – preguntaba a la soledad la joven Diyarly, esto la aquejaba por las noches. La joven empezaba a crecer y con ella se desarrollaron condiciones, cuando recorría sus 15 años, se presentó su menstruación y está fue enseñada por las hadas a usar trapos y tener que lavarse constantemente. La ocasión en que está empezó a menstruar Diyarly fue de alarme para la ella, ya que su madre no vivió la suficiente para enseñar o instruir a su hija en el que hacer para esta situación, y solo tenía al hada Kalasi como su más confiable confidente. — Kalasi, me sucede una situación la cual no comprendo — afirma la Diyarly muy dubitativa. — ¿Qué te consterna pequeña? — le responde a la joven estando en el campo de flores. — He sangrado por ya un par de días, y me aqueja gran dolor en mi estomago — le dice esto y alterando de inmediato al hada. — ¿te haz cortado, en donde? — pregunta angustiada el hada. — No me he cortado, lo que sucede es que empecé a sangrar y creí que fuese orina pero me he percatado que es sangre — le cuenta con alarme al hada. — Tranquila solo haz empezado a sangrar, y es natural — dice el hada para calmar el pánico de la joven. — ¿Las hadas también sangran? — pregunta muy curiosa al hecho. — No, no querida Diyarly, las hadas no procreamos y no pasamos por ese proceso — asegura el hada. — ¿Y como sabes que es normal y no mi muerte? — pregunta la joven Diyarly y provocando una carcajada del hada. — No morirás pequeña, las hadas hemos aprendido comprender a los humanos, a sus conductas y de el hecho de que sangran ocasionalmente y no mueren — dice el hada queriendo calmar a la joven Diyarly que desconcertada y atónita no comprende mucho lo que está dice. — Tengo demasiadas preguntas. — Claro, dime para poder resolver esas dudas. — ¿Cómo las hadas saben que es normal, si no tratan con los humanos? — empieza su cuestionario la joven. — Hemos estado acá mucho antes de que ustedes los humanos y los entendemos tanto como puedes dudar de todo lo que digo. — ¿Han convivido con los humanos? — pregunta el hada dejando algo sorprendida al hada. — Creo que quieres saber sobre el porqué sangras — dice el hada para desviar la pregunta. — Solo para asegurarme de que no moriré — le responde la joven Diyarly. — No morirás y como te dije es normal en las humanas — dice el hada. — ¿Solo a las mujeres? — Si, solo a las mujeres, como te dije para poder convertirse en mujer y así procrear — afirma aun más el hada Kalasi. — ¿Y porque los hombres no? — sigue cuestionando la joven. — Los hombres y las mujeres de tu especie son diferentes en sus cuerpos, tu sangras y te crecerá el pecho. — cuenta para apaciguar las dudas de la joven. — Eso lo se, cuando era pequeña mi madre me contaba sobre eso, pero no sobre que sangraba — dice la joven de aquellos momentos de niñez. — Es cuestión de la edad mi pequeña Diyarly, las mujeres de tu edad empiezan a presentar el sangrado, mayormente alrededor de los 20 años* — afirma el hada para calmar a la joven y apaciguar sus dudas. — Mi madre era bastante joven, no recuerdo exactamente pero se que su edad no superaba los 25 años — cuenta la joven de su madre. — ¿Por qué asegurar eso? — pregunta el hada. — Solo se que era muy joven y le arrebataron la vida de manera desalmada. — Se que ese momento fue muy doloroso mi pequeña, pero estas viva y en estos momentos es lo que más importa — intenta consolar con sus palabras a una joven que rompe en llanto. — Sigue dudando de porque debo sangrar — pregunta la joven con una risa con un par de lágrimas en sus mejillas. — Proceso natural, y otra cosa muy importante. No comentes esto a nadie y se muy reservada cuando eso suceda. — Comprendo, gracias Kalasi — dice la joven y se abalanza a abrazar al hada. La joven se dirige al arroyo a lavar su cuerpo y el hada Kalasi la observa y meditando con la idea de que la que pequeña ya no era tan pequeña y que empezaría a ver cambios en la conducta de ella, era un proceso que debía afrontar como en aquel momento de recibirla entre una más de las criaturas de aquel bosque, y defendería con su vida como lo hizo en algún momento el hada madre, la cual aún se hallaba moribunda después de aquella situación. Los días pasaron y la joven no tenía más sangrado, y siguieron pasando y el sangrado volvió, con el también llegó un fuerte dolor en el abdomen que la tumbada y decidía la joven no salir ni ser vista, y por las noches iba al arroyo a lavar los trapos cubiertos de sangre y estos desprendía un olor muy desagradable. La joven ocultaba su menstruación, y prefería irse a las praderas donde no hubiese criaturas, tanto poder en ella y el dolor la hacia humana y débil. En esos días donde se iba a la pradera a una gran distancia de todos los seres del bosque, lograba ver a lo lejos un estanque donde iban humanos, pero esto no se lo decía a nadie, es allí donde observa como mujeres se iban a bañar. (*) es una referencia a que las mujeres de la época empezaban a menstruar a edad tardía.
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