RUBÍ
El camino fue un borrón. Mientras Damián nos llevaba por las calles en su motocicleta, porque sí, ese hombre tatuado y con cara de pocos amigos se transportaba en una motocicleta enorme, negra y pesada; me puse a pensar en Nora, la pobre mujer había sufrido mucho a manos de su familia, con su padre muerto, su madre hacía lo que quería con ella solo porque no le gustaba como se veía. No solo eso, sino que al crecer tuvo que ser comparada con su media hermana “la llamada perfecta”, la que tenía atención de todo el mundo. Esa misma hermana la traicionó con su prometido en su misma cama y su propia madre no le tomó importancia, al contrario, felicitó e hizo una fiesta de compromiso.
No contenta con eso, descubre que su vida no es normal, que es parte de una especie de guerreros y uno de ellos la embaraza. Por un malentendido se escapa, Dios sabe las penurias que pasó en el proceso, meses después es secuestrada y descubre que su propia hermana no solo le quitó el prometido, sino que es contenedor de una diosa y la odia y ahora esa misma hermana que tanto la odió aparece muerta en un callejón.
Si eso me pasara seguro que me volvería loca. Apenas podía soportar todo lo que me pasaba, si pasara cosas similares, no estaba segura si podía seguir cuerda.
Tú también la tienes difícil a tu manera.
Sí, pero solo estoy viendo por mí, no tengo un ser vivo creciendo en mí.
Decidí dejar de pelear conmigo misma cuando la moto de Damián se detuvo en la mansión. bajé rápidamente y dejé el casco en la parte delantera de la moto.
– Espera, Rubí.
– No puedo, tengo que ver cómo está Nora.
Escuché una maldición por parte de Damián, pero lo ignoré. Mi prioridad ahora era ver que Nora esté bien, no la conocía hace mucho, pero había creado una conexión con ella, una verdadera conexión de amistad en la que me sentía bien.
– No vayas a hacer un escándalo.
– ¿Cómo?
Me detuve y giré mi cuerpo esperando a que Damián me alcanzara.
– Que no vayas a hacer un escándalo ¿crees que lo que necesita Nora ahora es una mujer parecida como una tormenta destructora entrando por la puerta? Lo único que lograrás es ponerla más nerviosa. Te llevaré a la sala de espera y ahí harás eso mismo, esperar.
Apreté los dientes con fuerza ¿me había llamado destructora? ¿cuándo había sido destructora? Sí, tenía tantas ganas de destruir ese hermoso rostro ahora mismo, ahí sí me llamaría destructora.
– No.
– ¿Qué?
– Dije. No. Que tú no tengas amigos y no sepas cómo es que debe comportarse un buen amigo no es mi culpa. Seré una buena amiga y estaré para Nora, lo quieras o no. Y si me dejas en una habitación sola, ten por seguro que me iré y buscaré por toda la mansión hasta encontrar a Nora y ver que está bien.
– No seas terca.
– ¿Quieres ver lo que es terca? Te enseñaré lo que es ser terca.
Apenas terminé de decir eso porque salí casi corriendo del lugar. Sabía que si así lo quisiera Damián podría detenerme en cualquier momento y de cierta manera agradecía eso muy en el fondo, pero me sentía más enojada por el hecho que me había llamado destructora.
– ¡Mujer no seas terca, ven aquí!
– ¡Tú no me dices qué hacer, ser lúgubre!
– ¡Por qué no puedes obedecer!
– ¡Porque no soy un perro para que me des órdenes!
A lo lejos vi unas siluetas y cuando pude conseguir distinguirlas, todo el enojo se esfumó dando paso a la preocupación. Mis pasos se apresuraron y tomaron las manos de Nora.
– Nora ¿estás bien? Escuché por el ser lúgubre que encontraron el cuerpo de tu hermana en la calle ¿cómo te sientes?
Nora parpadeó unas cuantas veces, primero en sorpresa y luego agradecimiento llenó su rostro, haciendo que mi decisión de venir a pesar de la negativa de Damián valiera la pena.
– Estoy bien, solo un poco sorprendida por lo que pasó. Estoy preocupada por lo que significará esto. Franklin Murphy no va a ver con buenos ojos lo que le han hecho a su hija predilecta.
– No lo creo.
La voz dura y evidentemente molesta de Damián se escuchó fuerte y claro, yo me negué a verlo, aunque presté atención a todo lo que decía.
– ¿por qué lo dices?
– Antes de venir aquí averigüé un poco sobre los movimientos de la familia Murphy y tal vez no lo sepas porque estuviste encerrada mucho tiempo, pero ya no es senador debido a las noticias que aparecieron en los medios. Debido a eso su apoyo y contactos bajó considerablemente. Actualmente están siendo investigados, por otro lado, Jason Rich y su familia siguen en contacto con la familia Murphy. No sabemos muy bien las razones, pero les siguen brindado su apoyo.
Nora frunció el ceño, no me imaginaba tener que estar hablando sobre personajes tan bien conocidos, no me imaginaba que Nora era hijastra del ilustre senador Franklin, el hombre que siempre se mostraba amable y dispuesto a conversar con todos y a ayudar a todos. Fue un golpe fuerte para el estado en el que estábamos pues ¿quién se iba a imaginar que ese lustre hombre que siempre se notaba dispuesto a ayudar, sería nada más que igual que todos los que estaban en el poder?
Incluso para mí, que no creía mucho en las personas metidas en la política me sentí estafada. Franklin había ayudado a regular la situación de muchas personas que tenían problemas con sus hogares, impulsó una ley para regular los negocios de emprendedores como yo, lo que me ayudó significativamente a serlo que soy ahora así que comencé a creer que nuestro representante de verdad era un buen hombre, hasta tenía pensado en votar por el nuevamente, pero saber esto, me supo horrible. Y no podía saber lo horrible que sería para Nora en estos momentos.
Mis pensamientos se perdieron cuando un jadeo llenó el pasillo donde estábamos. Mi preocupación subió aun más cuando vi que el origen de aquel jadeo era nada menos que Nora quien se tocaba el vientre.
– Tranquilos, fue un pequeño calambre, creo que mi bebé está algo nervioso.
Ella intentó calmarnos, pero no me lo creí. No era mamá ni una experta en ese tema, pero sabía que una mujer embarazada necesitaba muchos cuidados y precisamente estar en esta situación de estrés no era lo ideal.
– ¿No sería mejor que fueras a descansar? No es bueno para ti y para el bebé que estés pasando por estas preocupaciones.
– Rubí tiene razón. Te llevaré a tu habitación para que descanses.
– Le llevaré un poco de leche tibia para que pueda descansar mejor.
– Buena idea, Rubí.
Me gustaba mucho que Raelus y yo estuviéramos unidos, si ella no se cuidaba nosotros lo haríamos, seríamos los hermanos que ella no tenía y seríamos los mejores tíos que ese un bebé haya podido pedir. Ella se rio divertida por nuestro fuerte unido, cosa que me hizo calmar un poco, pero esa calma se esfumó cuando un nuevo jadeo salió de mi amiga. Su nerviosismo no pasó desapercibido ¿le pasaba algo al bebé? Nora se acariciaba lentamente su vientre como si intentara consolar a su hijo. Me acerqué a Damián, quien aun mantenía su rostro enojado y susurré.
– ¿No deberíamos llamar a un doctor o algo?
– No creo necesario, tengo entendido que aun falta para la fecha de parto.
– Pero-
– Parece que estás a punto de dar a luz.
Kaelus irrumpió nuestros susurros. Miré a Kaelus quien miraba a Nora fijamente, luego miré a Nora en silencio ¿podría ser que su parto se adelantara? ¿acaso había casos similares?
– …Es imposible, apenas y voy a llegar a los ocho meses. Cómo ugh…
Un pequeño charco de líquido cayó al suelo. Mierda. No era una experta en embarazos, pero estaba super segura que eso solo significaba una cosa. Nora había roto fuente anunciando la llegada de un prematuro bebé. La mirada nerviosa y el susurró asustado de Nora solo confirmó mi suposición.
– Chicos, creo que el bebé quiere llegar ya.