En la cama de Tori, no éramos la excepción, lo hacíamos con energía mientras yo frotaba mi polla, dura como una piedra, contra su coño cubierto por el pijama. Si no encontrábamos la manera de desahogarnos pronto, solo Dios sabía qué le pasaría a mi polla.
Rompiendo nuestro beso, dije: "Admítelo, sólo querías besarte conmigo".
"No era exigente, pero tenía esperanzas", dijo Brooke tiernamente, dándome un rápido beso en la nariz.
Había manos sobre mis hombros mientras Kaitlyn me apartaba de Brooke y me colocaba en posición sentada.
"¡Oye!" se quejó Brooke.
"Oh, sé amable y aprende a compartir", dijo Kaitlyn, sentándose en mi regazo y presionando sus labios carnosos y sensuales contra los míos. Besar a Kaitlyn era diferente a besar a Brooke, porque aunque ella era más lenta para besarse q
