—¿Cómo fue? —Dolió como el infierno, pero valió cada dolor. Fue increíble. Regresamos hacia la casa de la manada. Una vez dentro, me dirijo hacia las escaleras que llevan a mi habitación. Paso por Jessica, quien está bajando. —Lake, te he estado buscando —ella mira mi torso desnudo y quiero vomitar. No es tan mayor como mi madre, pero está emparejada con mi padre. —¿Qué necesitas, Jessica? —Pensé que estarías arriba con tu padre, les traje el almuerzo a los dos. —Como te dije antes, no necesito que me traigas comida. Soy adulto y puedo alimentarme solo. —Definitivamente pareces adulto —dice mientras me mira de arriba a abajo. Subo las escaleras y ni siquiera le doy una respuesta. Acabo de cumplir dieciocho años y ella me mira como si fuera carne. Entro en la ducha y me pongo unos

