Llegamos a un barrio de casas en los suburbios, a las afueras de la ciudad, en un lugar que parecía bastante cálido y tranquilo, como del tipo que salen en los programas de televisión llenos de vecinos amigables. Sin embargo, una casa parecía brillar menos que el resto, se notaba su estado de abandono y te daba una horrible sensación, como si algo terrible hubiera pasado allí. Por supuesto, esa era mi casa, el lugar donde viví por algún tiempo en el futuro, dónde se supone probablemente había sucedido algo terrible, algo que no estaba segura que quisiera saber; pero era necesario si quería cambiar algo, si quería salvar a quienes más me importaban.
—¿Entramos? —dijo Úrsula cuando estuvimos frente a la puerta, en el jardín delantero, que probablemente lució mejor antes; pero ahora podía v
