Cansancio. Esa era la palabra que se ajustaba perfectamente a su estado de ánimo en estos momentos. Ross se estiró en la cama y miró el techo, se quedó unos minutos así, sin pensar en nada, simplemente mirando el techo blanco y se giró al poco rato, mirando el otro lado vacío de la cama y se reincorporó enseguida. Hoy tenía que trabajar y estaba muerto, estaba hecho añicos por toda la presión que ejercía todos los días. Levantarse a las 6:00am, ducharse, cambiarse, desayunar, irse, trabajar, regresar, trabajo, comer, trabajo, dormir un rato, trabajo, estudios, escuchar las risas de los chicos, más trabajo. Nada de tiempo. Estaba a punto de estallar cuando alguien tocó la puerta de su cuarto. —Adelante. —Bueno días —Tony entró y le miró sonriendo de medio lado—. Revisé las estadística