Capítulo 17.

581 Words
Kent había invitado a la femenina a jugar videojuegos ya que había quedado encantado con la recomendación que le había hecho. Todo parecía ir bien, incluso la menor había llevado pastel de frutas tal y como él pidió cuando ella preguntó si debía de llevar algo.   -¡Kent! - dijo entrando Ethan a la habitación del mencionado junto con Tobías, ambos se quedaron  en shock cuando vieron a la femenina.   -Ya te dije que no seas tan ruidoso.   -Hola Ethan. - saludo la femenina alegre antes de quejarse al ver que Kent le ganó.   -llevas 5 partidas ganadas y 4 perdidas. -murmuró antes de anotar los resultados en su pequeña libreta. La femenina no parecía jugar mal, incluso era buena en lo que hacía. - ¿Juegas mucho?   -Cuando mis hermanos se pelean me toca ser la gemela de ambos hasta que vuelven a estar en paz. -rio al recordar todas las cosas que hizo al lado de sus hermanos. -muchas veces tuve que dormir con Sumu mientras Rimu dormía en mi habitación.   -¿Por qué con Susumu?- preguntó curioso Ethan antes de lanzarse a la cama del armador del MYS.   -No iba a dejar que el piojoso de Sumu durmiera en mi cama.   -Era bueno dormir en una habitación solo. -comento Rimu despegando su vista del teléfono. -Sumu ronca y a Ayumu no parece molestarle eso.   Aunque siendo sinceros no sabía cuál de sus hermanos era más limpio. Rimu al ser un amante de la cocina parecía ser el más limpio de los tres, pero su mala costumbre de comer en todos lados hacía que dejará migajas de comida por todos lados y en especial en la habitación que compartía con su gemelo. Y esos restos de comida atraían a algunos animales que eran desagradables para Ayumu.   La tarde pasó entre risas y burlas hacia el mayor de los tres. Simplemente Ayumu y Kent eran un gran equipo juntos, tanto en los videojuegos como en molestar a Ethan. Y Ethan en ese momento parecía actuar como Susumu cuando era molestado por sus dos hermanos. El ambiente era tan familiar que hacía feliz a Ayumu. Al fin sentía que tenía amigos, y aunque su hermano estaba con ellos… no le molestaba ya que él también se divertía.   -¿sabías que los cerditos no pueden mirar el cielo? -dijo Tobias nervioso en busca de algún tema de conversación con la femenina.   -¿enserio? -Ayumu abrió los ojos sorprendida.   -Si, no pueden levantar su cabecita.   -Que triste. -murmuro Ayumu. -Mi abuela tiene animales y nunca le preste atención a los cerditos. Creí que eran animales que vivían felices, además de que son muy limpios. –de los labios de su hermano salió una pequeña risa al recordar que cuando eran niños él y su gemelo subieron a Ayumu en un cerdito. A la Ayumu de ese entonces parecía no agradarle la idea y cuando intentó bajarse del animal cayó logrando ensuciar su vestido.   -Una vez fui a una granja con mi familia. -comento Tobías comiendo una rebanada de pastel. -Había un cerdito bebe y lo cargue para que viera el cielo.   Las carcajadas en la habitación se hicieron presentes al escuchar la historia del chico. Ayumu y Rimu no creían que alguien fuera capaz de hacer algo tan tierno como eso, simplemente ellos cuando veían los animales que tenía su abuelita los alimentaban y limpiaban el espacio en el que estaban. Aparte de eso no hacían nada más.
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