PRÓLOGO | CAPÍTULO O. 5: ARNAUD.

1340 Words
PRÓLOGO | CAPÍTULO O. 5: ARNAUD. Nayive Arnaud Gray. Arnaud, ¿qué es Arnaud? Eso es sencillo. Arnaud para cualquier persona significaría paz, tranquilidad, un lugar donde lo tienen todo, amor, tranquilidad, un hogar. Más que el reino de mi padre, era el reino de todos los habitantes de Arnaud, era un reino justo, con todos. Sean nobles, sean comerciantes, sean plebeyos, sean jóvenes o adultos. Claramente cada uno tenía sus reglas, sus deberes y sus responsabilidades... Pero todo esto ha sido en pasado. Todo esto era Arnaud en pasado, cuando era un reino que no molestaba a nadie, cuando no existían problemas políticos y económicos entre reinos. Cuando no existían conflictos entre monarcas. Ahora todo el diferente. Como me hubiera gustado estar presente en al menos algunos de los mejores años de nuestro reino. Sin embargo eso no es así. Aunque ahora que mi hermano mayor ya es lo suficientemente responsable puede ayudar a nuestro padre a administrar el reino y eso con suerte le ayudará a prepararse para su futuro como gobernante. Pero por más que se esfuercen no creo que Arnaud vuelve hacer siquiera la sombra de lo que fue en el pasado, y estoy hablando de cuando mi hermano mayor apenas era un bebé y ni yo, ni mis hermanos pensábamos en ver la luz. Sé que mi padre, mi madre y mi hermano son lo suficiente capaces de regresarle su espléndida imagen a nuestro reino. Claro está que mis hermanos y yo también colaboramos con ello, pero con cada esfuerzos nos parece cada vez más lejano el momento en el que nuestro vuelva a ser y sentirse hermoso. No lo solo por su físico, sino también por sus tratados, su manera de actuar y su organización. Eso en todo reino es necesario y a pesar de que nuestro reino tiene varios aliados ninguno ha sido capaz de asegurarle al reino el final de las guerras, las invasiones y las muertes de varios civiles inocentes. Ninguno ha podido asegurarnos la seguridad y serenidad hasta ahora. Tanto así que mi padre ha firmado tratados con tres reinos cercanos para poder sentir un poco más sosegado. Pero lo único que está haciendo es prometer cosas que en ciertos ámbitos no puede cumplir. Es el rey y a pesar de que es el ser más responsable y calculador –en el buen sentido– que conozco, cuando hay un ataque tras u otro se vuelve alguien irreconocible. El reino tiene problemas pero parece que ahora la responsabilidad es solo de la familia real. ¿Dónde están los nobles? Las personas del clérigo, los caballeros, los hidalgos. Todos ellos se han negado a cooperar, y aunque quiera entender que mi padre lo soporta porque cree que se sienten tan desesperados como él y todo el reino, solo está negándose a ver la cruda y un poco cruel realidad. Todas –excepto algunas– las personas a las que él estima, a las que nuestra familia estima se han hecho a un lado, le han retirado su apoyo. Tanto político como comercial. Y aquí es donde mi madre debería intervenir pero en lugar de hacerlo solo se rige por lo que el rey dice y sí respeto enteramente a mi padre. Pero se está comportando como un cobarde, como alguien que depende de otras personas para existir. Por más altanero que suene debo decirlo al menos por este medio. ¡Es el Rey! La persona, perdón el noble con mucho más poder que los demás. Podría hacer que rogáramos perdón si así lo quiere, pero no lo hace. Porque es justo, pero esa misma justicia que él ha sembrado –y está bien– se está cosechando de una manera incorrecta. Muchos de los nobles de otros reinos le han insinuado a mis padres que tal vez sea necesario tomar medidas especiales. Esas medidas especiales solo los benefician a ellos y a sus hijos. Son reyes, son príncipes y princesas, Duques, Duquesas. Familias adineradas, que si le servirían mucho al reino, mientras más economía tenga mejor podrá defenderse pero aunque muchos sean bellos, inteligentes, su defecto es que son estúpidos al mismo tiempo, piensan que el dinero y el poder es todo lo que importa. Puede que eso sea un poco cierto. Un reino para triunfar, para ser bueno para todos sus habitantes debe tener ciertos recursos que son altamente necesarios. Sí el dinero y la economía son recursos necesarios, pero, ¿dónde se queda la gentileza, la amabilidad, la inteligencia, la organización, la humildad, la confianza y la igualdad? La igualdad, la humildad y la confianza, requisitos no tangibles pero importantes para que un monarca puede regir correctamente su reino y a su gente. Pero de estos tres requisitos estos nobles de los que me refiero solo tiene uno y es sorprendente los que gozan más de uno, pero hasta ahora solo he podido ver esto es lo jóvenes príncipes y princesas, en sus padres y sus hermanos mayores no lo he visto y es algo que sé que a nuestro reino no le conviene y no dejaré que por una decisión que mi padre crea perfecta algo que debe llegue a suceder. Eso que otros nobles, miembros de los batallones, militares de navíos y los clérigos no tienen, lo tiene mi padre y por ello muchas veces se abusa de él, de su demasiada confianza en las demás personas, de su amabilidad. Pero su inteligencia no puedo decir lo mismo a pesar de que sea mi padre, la que goza de inteligencia en la relación en mi madre, sin embargo las reglas de este mundo son incluso estrictas para la reina. Ella solo un vínculo de estabilidad, símbolo de bellezas y manera de mantener vivo el legado y la descendencia de nuestro reino. Sé que mi madre podría hacer muchas más cosas teniendo en su poder la corona y el título de reina de Arnaud. Ella lo sabe también y aunque intente que la vean como parte activa de la junta de toma de decisiones para el resto de los miembros, incluido mi padre y mi hermano ella solo será la parte de Arnaud que se encarga de convencer a los futuros negociantes de firmar o sellar los acuerdos con nuestro reino. Y supongo que eso seguirá siendo así. Las normas no son de nuestro reino solamente, es algo que en cualquier parte del mundo se ve, las mujeres son utilizadas solo para procrear vida, para fines placenteros y para representar la fertilidad y belleza en las familias, sean del estatus que sean. No es algo que se use únicamente para el pueblo. Esto es algo que incluso en mi hogar, el palacio, se ve. Mis hermanas y yo tenemos prácticamente prohibido tomar un libro de lo que sea, ni siquiera deberíamos poder leer algo para nuestro futuro, algo que nos ayude a estar preparadas para lo inevitable. Tener que casarnos con algún hombre, adinerado o con poder político. Esa es una de las cosas que detesto de ser mujer. No tengo, perdón, no tenemos derecho a nada que no sea casarnos, darle hijos a nuestros esposos y dedicarnos a que nuestros hijos sean sinónimos de perfección. Cuando ningún ser humano sea inocente o pecador lo es. Estos temas no lo comprenden la mayoría del tiempo los hombres. Ser la hija del rey no hace básicamente ninguna distinción con ser una señorita del pueblo, lo único que obtengo son peores obligaciones y el cargo dejar el apellido de la familia real por lo alto, como debe ser. Tampoco cambiará nada cuando mi hermano tome el trono, todo seguirá igual, además cuando él tome su lugar como nuevo monarca de nuestro reino, seguramente yo ya estaré casada, lo que será peor. Pero estoy segura que aunque mi matrimonio no sea bueno –para mí– no se me permitirá divorciarme de ninguna manera. Esto es Arnaud, como todos sus defectos y sus cualidades. Más defectos, pero es mi hogar y no lo cambiaría nunca. Se los quiere. Nos leemos pronto...
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