—Yo sigo sin entenderlo, Lara —espeta Mona picoteando su ensalada.
Nos fuimos a un local cerca del holding de Fernando y aunque está un poco concurrido la comida es exquisita y el ambiente agradable. Se siente como si lleváramos años sin hablar.
—Imagínate yo que la vi mirarme a los ojos con aquel rencor, como si me llevara odiando más tiempo del que puedo entender y soltando aquellas palabras para defender algo indefendible —explico pensando en el rostro de Laden.
—¿Crees que tu madre sepa?
Mi amiga tiene esa capacidad de buscar hasta en el fondo de las cosas, donde no se te ha ocurrido pensar. Y entonces eso me hace ir a otros planteamientos. Agradeciendo siempre que no sea el tipo de persona que te dice la típica frase: te lo advertí. Porque estaría en su derecho de hacerlo. La tía
