Andrés le dice a Astrid muy enojado: —¡sí, sé que mi abuelo me amenazó con eso, pero yo sigo siendo su nieto y tu mi empleada. Por lo tanto, también me debes de tener respeto. Si me quejo de ti con el abuelo, ¡quizás te boten también de patas a la calle! — luego Astrid le dice: —¡no creo que su abuelo le crea, con esa reputación tan mala que veo que tiene, no sé si le creerán a usted! — enseguida Andrés se le acerca a Astrid y le habla muy cerca de su cara amenazándola diciéndole: —¡no voy a comer nada que venga de tus manos, tonta flacucha. ¡No me importa si tengo mucha hambre, pero no voy a comer nada que provenga de ti! — Astrid le dice: —¡pues va a tener que hacerlo, porque su abuelo me mando a cocinarle solo a usted, y a la señora Anna. La señora petunia va a cocinarle solamente a los

