pasan unos minutos y el señor Salvatore sale del hogar, ve que Astrid está sentada en la cocina. Las dos estaban riendo por un chiste que dijo Astrid y luego al ver al señor Salvatore, sus risas paran y Petunia y ella se asustan mucho. Ya que la mirada del señor Salvatore era muy intimidante. Petunia muy nerviosa le dice: —¡señor le estoy mostrando el lugar de trabajo a Astrid, y le estoy dando algo de beber. ¿desea alguna cosa?! — en ese mismo instante también Astrid le dice: —¡sí señor, ya me voy, solo estaba viendo un rato la cocina! — el señor Salvatore muy serio le dice: —¡mmmmm no quiero nada, Petunia…. ¡Y con respecto a ti jovencita, espero que mañana traigas tus credenciales y fotocopias de tus estudios y los lugares donde has trabajado… la de Happy Mocca no porque… ya lo hablamos…
