Conociendo a las amigas

1256 Words
Donald, ¿Quieres ir de compras con nosotras?”, pregunto Mary, la cual tenia en su mano su teléfono celular mientras preparaba el almuerzo y mientras hablaba por teléfono con Donald. “Claro, ¿A que hora nos vemos?”, pregunto Donald a través del teléfono. “Te diré la hora después por mensaje de texto, tengo que hablar primero con mis amigas sobre el lugar al cual iremos”, dijo Mary. “¿Quienes irán?” “Esperanza, Anna, Teresa, Sarah, María e Isabel”. “¿Sarah, María e Isabel?” “Ah si, ellas son mis otras amigas, Maria es la hermana mayor de Anna, es 1 año mayor que ella, Sarah e Isabel son mis otras amigas que conocí en la secundaria”. “Bien, las conoceré allí ¿Ira tú novio?” “No, él no ira, tiene trabajo, te paso después el punto de reunión por mensaje”. “Claro, nos vemos después”, dijo Donald, antes de colgar el teléfono. Habían pasado varios días desde que Mary se “reencontró con Donald”, y en ese tiempo las cosas habían transcurrido muy bien para ellos, Donald llamo a Mary en la noche del mismo dia en la cual la conoció, y terminaron hablando durante horas de las cosas que le gustaban a ambos. Donald y Mary tenían muchas cosas y gustos en común y la conversación fluyo de forma fácil y cómoda, y no era solo con Mary, Donald también se comunico en los últimos días con las amigas de Mary, ya sea Esperanza, Teresa o Anna, todas ellas se habían llevado bastante bien con Donald y hoy irían todos juntos de compras. Mary aprovecharía la ocasión para presentarle a sus otras amigas a Donald, Mary tenia 6 mejores amigas, y Donald conocía a la mitad de ellas, Mary quería que conociera a la otra mitad y ver si a ellas les agradaría Donald al igual que a ella. “¿Con quien estabas hablando?”, pregunto Miguel, mientras entraba en la cocina. “Con... Cristina, es una chica que conocí en el gimnasio, iremos de compras con mis amigas”, dijo Mary, mientras evitaba el contacto visual con Miguel. “¿Cristina? ¿Es esa mujer que encontraste hace unos días?” “Si es ella”. “¿Cuando me la presentaras?” “Pronto, ha estado ocupada últimamente”. “Bien, pero debes presentármela un dia, estaré esperando”. “Claro, claro, siéntate, la comida ya va a estar lista”. Mientras Mary, se preparaba para cenar, en una cafetería en el centro de Madrid, Donald se encontraba en estos momentos revisando unos papeles mientras Richard estaba sentado enfrente suyo, ambos estaban comiendo unos panes con jamón junto con unos jugos de la cafetería. “¿Como va el estudio?”,pregunto Richard. “Muy bien, la información que me diste de las amigas de Mary me ha sido útil”, respondió Donald. “Eh conocido a muchos acosadores en mi trabajo, pero esta la primera vez que veo que un acosador incluso acosa a las amigas de la mujer a la cual acosa”. “Ya te lo dije, no soy un acosador”. “Seguro, síguelo diciendo y algún dia te creeré, por cierto ¿Por que espías también a las amigas de Mary?” “Richard, hay un principio básico en esta vida, y es que si de verdad quieres integrarte en el circulo de una mujer, entonces primer debes llevarte bien con sus amigas”. “¿Has estudiado todo lo referente a las amigas de Mary solo por eso?” “Así es, Richard las mujeres por lo general llegan a ser muy influenciadas por la opinión de sus amigas, si te llevas con sus amigas, entonces se puede decir que ya anotaste”. “Quizás tengas razón, es impresionante todo lo que haces solo para integrarte en el circulo de Mary”. “Es importante Richard, como te dije, la primera impresión puede dictar muchas cosas en una relación, ya eh conocido a la mitad de las amigas de Mary, y me falta la otra mitad”. “¿A donde irán por cierto?” “De compras a un centro comercial de la ciudad”. “Esa sera una oportunidad muy buena para ti, ya sabes que las mujeres se impresionan fácilmente por los hombres ricos, puedes aprovechar la ocasión para dejarlas impactadas con el dinero que posees”. “No, no lo haré”. “¿No lo haras? ¿A que te refieres con eso?” “No voy a dejar que me vean como una especie de banco al cual pueden ir cada vez que necesitan dinero”. “¿Entonces que vas a hacer? ¿Que pasa si te piden que les compres algo? Tienes miles de millones de dolares en tu patrimonio y si te niegas a cada momento a comprarles las cosas mas pequeñas... vas a quedar como un tacaño, y eso podría bajar su opinión de ti”. “Ya pensé que hacer”. “¿Y que haras exactamente?” “Escucha atentamente, no lo repetiré dos veces”. “Bien, empieza a hablar”. El dia siguió avanzando, y después de haber pasado la hora del almuerzo, los trabajadores volvieron a sus respectivas zonas de trabajo para continuar su rutina diaria, el mes de septiembre ya estaba comenzando y muchos aprovecharon el inicio del mes para ir de viaje o a divertirse en algún lugar. Ya eran las 2 de la tarde cuando Mary finalmente salio de su casa y fue a buscar en su auto a sus amigas, habían quedado en encontrarse junto con Donald en un centro comercial del centro de la ciudad, Mary buscaría a Anna, a su hermana María y a Teresa, mientras que Esperanza, Isabel y Sarah encontrarían a Mary en el centro comercial junto con Donald. Sarah, Isabel y Maria estaban algo emocionadas por conocer al amigo gringo de Mary, nunca habían conocido a un Americano y tenían curiosidad por ver como era. Después de un breve recorrido, Mary recogió a Teresa en al casa de sus padres,y después de eso fue a buscar a Anna y María, las cuales vivián juntas al ser hermanas. “¿Todavía no le has dicho a Miguel que Donald es hombre?”, pregunto Teresa. “No, aun no, ya sabes lo celoso que es y si le digo que conocido a un hombre se va a poner a interrogarme y quien sabe que otra cosa haga, de hecho le dije que a la persona con quien me encontré era una mujer llamada Cristina”. “¿Cristina? ¿Ademas del genero también le cambiaste el nombre a Donald?”,pregunto Teresa, mientras aguantaba la risa. “Si, ¿Que querías que hiciera? ¿Que le dijera que iba a salir junto con un hombre al cual él no conocía? Si le hubiera dicho eso lo mas probable es que no fuera al trabajo y en su lugar fuera con nosotras para poder ver a Donald... y solo Dios sabe como lo trataría al verlo”. “Dios mujer, alguna vez tienes que soltar esa correa con la cual te han amarrado”. “Ya Teresa, no es una correa, es una relación”.
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