NARRA ISHTAR —Te amo Ishtar, te amo como nunca ame a nadie en esta vida—Sus palabras me hicieron detenerme en seco y dejar suspendida mi mano en el mango de metal de la puerta. Te amo. Te amo. No pude evitar cerrar los ojos permitiendo que esa palabra sonara como un eco una y otra vez, no sabía si lloraba de tristeza o de felicidad, sin embargo esa palabra no ayudaba en nada justo como me sentía ahora. Por un momento fui feliz al escucharlo pero luego me vi envuelta en nuestra situación nuevamente y en el fondo hubiese deseado que lo hubiera dicho antes ahora me temía que era demasiado tarde. Mis dedos parecían negarse a tomar el mango de la puerta pues se abrían y cerraban como si dudaran dejarlo con esas palabras sin respuesta. —Yo solía amarte de esa manera—Respondí—Pero al parecer

