NARRA ISHTAR
—Las palabras del príncipe nos duelen ciegamente alteza, lamentamos mucho su incapacidad para concebir cuando es una necesidad requerida para el reino—Con mis ojos cristalizados por el llanto apreté con fuerza mis puños mientras mis manos descansaban sobre mi regazo, había sido citada a esta sala para una reunión con el concejo la cual no tenía ningún otro motivo más que humillarme, no por los hombres si no por la gran mentira que había salido de la boca de mi esposo.
No había vergüenza más grande en un reino que tener una reina infértil, pues ante los ojos de la sociedad Persa y Tracia una mujer que no puede dar descendencia era una mujer inútil, que trae con ella la desgracia pues incluso los dioses se olvidaron de ella.
—Daré mi mejor esfuerzo para solucionar ese problem
