Después que Iara me diera la noticia de la decisión que tomó, apenas salió de mi despacho llamé al contacto que tengo en identificación nacional para iniciar el trámite del cambio de nombres. Obviamente debía montar todo para simular la desaparición física de ella. No fue nada difícil, pues dado que la última vez que los funcionarios de seguridad creyeron dar con su paradero la encontraron deambulando por las calles, simulamos un incendio en una casa abandonada en un lugar cercano y allí dejamos objetos que la identificaran. No fue difícil montar todo el escenario para simular su muerte. Los medios difundieron la noticia como si de una noticia de interés nacional se tratara, lo que confirma el poder de los Pritzker. Se armó tal revuelo que los medios no hacían sino hablar de la muerte opor
