En la actualidad:
—En mi casa, soy Patrick Lauder —Se identifica el hombre rubio, de ojos azules, fornido que me mira con interés.
Aturdida aun, escucho la voz gruesa del hombre que parece cubrir la entrada con su fornido cuerpo. Lo miro y no sé si sentir temor o conformidad pues si bien el tono de su voz es de temer ante la firmeza y frialdad que se desprendió de sus palabras, en su mirada no vi señal alguna que me alertara de la necesidad de correr, de buscar donde resguardarme. No, no sentí nada de eso.
—Señorita, al ayudo a sentarse, debe comer —me dice la mujer que permanece a un lado parada observándome.
—Rose, yo te ayudo —Le dice el hombre, quien en apenas dos zancadas estuvo parado al lado de las dos.
Abismada y sintiéndome nerviosa solo me dedico a observarlo hasta que lo
