Me quedé parado, aquí en el pasillo, mirando como se alejó y se perdió en dirección al ascensor. Quedé abstraído en la atracción s****l que esta desconocida despertó en mí. Me mantuve por largo rato en este lugar, totalmente cautivado.
—Licenciado —Alina llama mi atención, me sobresalto.
—Alina, dígame —Le digo volteando a verla.
Se encuentra parada detrás de mí, mirándome fijamente. Es una chica bastante joven, y pese a ello es bastante formal. Habla lo suficiente, sabe escoger el momento para intervenir.
—Los representantes del gobierno están esperando por usted para retirarse —Me informa.
—Sí, los había olvidado —Admito—. Agenda los datos de contacto de la señora Lauder —le pido extendiéndole la tarjeta que la mujer objeto de esta atracción aturdidora me entregó—. Luego, me envías
