—Ay, Dios, ¿Qué es esto? —Pregunta Alice en un grito.
Estamos sentados en el jardín tomando algo de sol. Desde hace dos días ella no se viene sintiendo bien. Aunque aun falta para la fecha fijada para el alumbramiento del bebé, dada su condición el doctor que la viene viendo nos alertó que tal vez pudiera adelantarse su llegada, y para evitar que ella se estrese más de lo que la he visto, la traje al jardín.
—Cálmate —Le pido procurando mantener la tranquilidad, pese a sentirme también nervioso—. Respira profundo, recuerda, tal como recomendó el doctor.
Al acercarme a ella, simulé las respiraciones profundas buscando que me siguiera y dejara pasar el malestar.
—Rose —La llamo en voz alta, pero sin sonar estridente para no alterar más a Alice.
Seguí inhalando y exhalando para que Alice
