Una hora después, después de tomar mis artículos personales y despedirme de Zanny, totalmente asustada, perdida, desorientada sin saber qué hacer o que rumbo tomar, logré ingresar a un baño público, me revisé la pierna y el alma me vino al cuerpo al darme cuenta que si bien recibí un disparo, el proyectil solo rozó la piel. El dolor que siento es por mi problema con las articulaciones y la quemadura que dejó el metal al roce. Saqué de mi bolso un paquete de toallas húmedas para limpiar la sangré que se secó sobre mi piel y el pantalón. Como pude logré limpiar la herida y pese a la mancha que no podré disimular aunado al dolor en mi pierna, me siento bien, por lo menos no creo morirme ahora. No por mi salud, pero el susto tan tremendo que llevo me lleva a mil.
Afuera en el área del lavam
