MALENTENDIDO

787 Words
María con toda su disposición le dice a su suegra: —   Sí, yo soy de américa, más en específico de Colombia. —   Ah… bueno, mi hijo siempre le gusto los países y cosas extrañas. En ese instante, Belmont, Alizee, Demetrio y Didier, quedan estupefactos y muy sorprendidos al escuchar lo que dijo Brigitte. A punto de retirarse a su habitación y dejarlos a todos en la sala, María le sostiene la mirada a su suegra. Cuando esta comienza a reírse a carcajadas. De inmediato, Alizee, Didier y Belmont, también se ríen. Demetrio le dice a su esposa: —   Amor, mi madre estaba bromeando contigo, ella es experta en tomarle el pelo a la gente. —   Estaba a punto de irme. Brigitte le dice a María: —   Lo siento, lo siento, es que no puedo evitar esto, tenías una cara muy graciosa querida, todo lo que dije es broma, a mí me encantaría conocer América. En ese instante, Amelie organiza el comedor y deja servida la comida. Demetrio les dice a todos: —    ¿Se van a quedar aquí parados?, vamos al comedor, la comida está servida. Barrio Montmartre – Paris, Alexander y Daniela, llegan a su apartamento. Y de inmediato sin decirle nada a su mujer, Alexander se va a su mesa de trabajo y se pone a diseñar. Daniela se acerca y lo abraza, diciéndole: —   Amor perdóname, yo voy a controlar la bebida. Alexander un poco decepcionado con todo lo que sucedió en España, le dice a Daniela: —   Si queremos que esto funcione, debemos de eliminar malos comportamientos. —   ¿Qué me dices tú?, pasas más tiempo en esto que conmigo. —   Este es mi trabajo Daniela, así me conociste y así te enamoraste de mí, no entiendo a qué se debe tu reclamo, si la que tiene problemas serios con el alcohol eres tú. Daniela se siente por lo que le dijo su esposo y sale al balcón. De inmediato, Alexander se levanta de su mesa de trabajo y va al balcón a abrazar a Daniela. En ese instante, Alexander le dice a Daniela: —   No fue mi intención decirte eso. —   Ya… ¿tengo que creerte?, acéptalo, estas decepcionado de mí. —   No, como dices eso, estamos casados amor. En ese instante, Daniela recibe una llamada de su madre que le dice:     — ¿Cómo están mis tortolitos en esa luna de miel? Daniela se suelta de Alexander y le dice a su mamá: —   Ya estoy en Paris. Barrio Quartier Latín, en un comedor para doce personas, Demetrio atiende a su familia brindándoles una rica cena. Demetrio hace sentar a Brigitte a lado de su padre, pero esta dice: —   No, quiero sentarme al lado de María. Demetrio le dice a su madre: —   Como quieras Belmont no interactúa con nadie y cortar el pollo, para luego comer sin descansar.   María se sienta de frente mirando a su esposo. Cuando Didier la mira fijamente, y le dice: —   Voy a tener que ir yo también a Colombia. Alizee le dice a Didier:     – ¿Por qué? —   Para traerme otra María, perdóname primo pero tu mujer es muy hermosa. María se sonroja y le dice a Didier: —   Gracias. Demetrio se enorgullece de su esposa, y le dice a Didier: —   No sabes cuánto nos amamos, María es una mujer increíble, y si, te recomiendo viajar a Colombia. Brigitte aprovecha el momento y le pregunta a María:     — ¿De qué ciudad de Colombia eres María? —   Soy del puerto de Buenaventura. —   Se escucha interesante. Belmont le dice a su esposa: —   Si gustas mujer, podemos organizar un viaje a ese país, a mí también me ha dado mucha curiosidad. Didier les dice a todos: —   Aquí el único viajero es Demetrio. Demetrio se sonríe, y dice: —   Bueno… yo he recorrido Canadá, Estados unidos, México, Costa rica, Panamá, parte de Brasil y por supuesto Colombia, y ya ven, encontré mi amor en Colombia, no puedo estar más contento con mi mujercita, pero todavía me falta conocer varios países del sur de América. Alizee le dice a Demetrio y a María: —   ¿Para cuándo viene el primogénito? María vota el jugo de fresa que estaba tomando, y les dice a todos: —   Perdón, perdón, no fue mi intención. Brigitte le dice a María: —   Casi te trancas con lo que dijo Alizee, ¿acaso no quieres tener hijos? —   Si… pero es muy pronto todavía. En ese momento, Demetrio queda mirando a su esposa y les expresa a todos: —   Sí, María y yo hablamos en tener hijos, pero todavía no. Belmont termina de comer y le dice a su hijo: —   Pues apresúrate hijo, yo quiero tener nietos…
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