Ben despertó con un malestar en espalda y el cuello, no era para menos considerando su mala posición en el sillón y el hecho de no haber dormido en casi toda la noche, los ojos le pesaban como nunca pero se obligó a no cerrarlos, no quería pensar en esos ojos y ese rostro que tanto amaba pero al mismo tiempo era el causante de su dolor.
Era muy temprano, tal vez las cinco de la mañana y no quería seguir acostado intentando dormir, se quitó las sábanas, tomó su celular y salió silenciosamente, caminó durante mucho tiempo, sin destino y cuando menos lo pensó se encontraba en los límites de la ciudad, se sentó en las gradas de un edificio de ladrillos, un anuncio sobresalía en el portón: departamentos en renta
No quería seguir molestando a Cinthya, no podía volver con Daniel y su antigua casa ya no era suya, dejó de serlo en el momento en que decidió vivir con el moreno.
Entró con la intención de preguntar el valor de uno de aquellos departamentos, una señora amable lo atendió, el precio era muy bueno a decir verdad y los departamentos tenían lo necesario para vivir decentemente, no lo dudó y rentó uno, se llevó el mejor según él por lo tanto volvió sobre sus pasos hasta la casa de la rubia y le comunicó lo que había decidió y Cinthya lo apoyó.
—Antes de irte Ben...quiero saber qué pasó con Daniel —la determinación en la voz de su amiga fue lo que necesitó para tomar valor y hablar abiertamente sobre aquel asunto.
—Bien, ayer se supone que regresaría rayando la medianoche y por eso es que salí tarde del trabajo, la sorpresa fue que al llegar ya se encontraba allí...Y sin previo aviso me gritó mis verdades, mis defectos y las razones por las cuales ya no podía seguir con la relación, simplemente me botó como cualquier asqueroso desecho inservible —respondió dolido con muchas ganas de llorar pero no lo hizo, quería permanecer fuerte y no dejar ver a nadie lo mucho que sufría, mientras tanto Cinthya no comprendía porqué Daniel pudo haber engañado a su mejor amigo teniendo en cuenta que gritaba a los cuatro vientos que había encontrado al amor de su vida.
—Ya Ben, tal vez fue mejor así, vale más una cruel verdad que una linda mentira, Daniel es un idiota y te habría lastimado más si seguían con eso, lo superarás y en menos de lo que crees volverás a enamorarte- el pelinegro sonrió levemente y la abrazó.
—Me voy Cinthya pero primero iré a la casa de mis hermanos a recoger mis cosas ya que definitivamente no volveré y ya es hora de independizarme del todo.
Con un último abrazo se despidieron.
Ben se dirigió a su antigua casa, entró y encontró a sus hermanos juntos, riendo y pasándosela bien.
—Hola —todos voltearon y se abalanzaron en dirección a su hermano pues llevaban varios días sin verlo, el mayor de los Peterson estrechó a todos con amor.
— ¡Ben, qué gusto verte! —expresó el pequeño Charles.
—A mí también me da gusto verlos, pero solo vine a recoger las cosas que aún me faltan —sus hermanos lo vieron confundidos ya que desde que decidió vivir con según ellos su novio había prometido dejar algunas de sus pertenencias en caso de emergencia o por cualquier imprevisto por lo que su anunció fue tomado como algo raro.
—Ben, ¿por qué te llevarás tus cosas? —preguntó su pequeño hermano con duda y confusión.
—Porque... —los otros dos: Lizzy y Andy también aguardaban la respuesta del azabache.
—Quiero que tomen esto con calma, es difícil pero...He decidido vivir sólo —La sorpresa fue más que obvia ante la noticia.
— ¿Pero, por qué? —cuestionó el rubio.
—Pues...Daniel y yo terminamos y...
— ¡Eso no está bien! —exclamaba Elizabeth moviendo los brazos de forma exagerada.
— ¡ya cálmate Elizabeth! —gritó el mayor y la tomó de los hombros para que dejara de moverse.
—Él y yo terminamos porque desde hace varias semanas empezamos a tener problemas, la relación se volvió monótona y no le encontramos futuro- sabía que les estaba mintiendo pero era lo único que podía hacer con tal de impedir que sus hermanos no le reclamarán a Daniel porque podía asegurar que eso harían, no quería que Daniel tuviera algo con que rechazarlo más de lo que ya lo había hecho.
—Entonces... ¿Ya no están juntos? —preguntó Charles mirándolo con lástima.
No preguntaron nada más, Ben era muy sensible e inclusive emocional y a pesar de eso se esforzaba por ocultar esos sentimientos lo que hacía muy bien pues en momentos difíciles era el único que podía sostenerlos y ser su roca.
— ¿Te irás no es así? —Andy mencionó en un susurro que denotaba su tristeza, Ben se sorprendió pues desde que sus padres murieron no lo había vuelto a ver tan afectado por algo, el pelinegro lo abrazó, un abrazo lleno de afecto y amor como solo ellos dos podían hacerlo y nadie más quería romper esa burbuja en donde se hallaban en esos momentos.
—Ya, ya, dejemos el drama, vendré a visitarlos todos los días, saben que ustedes son lo más importante en mi vida, no quiero que por una simple ruptura ustedes crean que se me acabó el mundo, debo seguir adelante- el mayor trató de alivianar la situación aunque en el fondo sabía que su mundo si se estaba cayendo a pedazos, se sentía patético al tener esos pensamientos, era una ruptura y nada más pero su primer corazón roto y vaya que dolía>>
—Si tú lo dices, de cualquier forma sabes que siempre te apoyaremos y no dejaremos que eso te afecte —sentenció el rubio.
Después de todo el drama que sus hermanos formaron a raíz de la decepción amorosa de Ben éste no dejó que se dieran cuenta de cuán doloroso eso era para él.
De modo que al despedirse y haber caminado unas cuadras con una maleta en la mano, comenzó a derramar algunas lágrimas contenidas, la gente no lo veía pues al parecer era un día ajetreado en Nueva York, recordó las palabras de Tina y frenó abruptamente limpiándose las mejillas con el suéter y respirando hondo para dejar de sentir esa sensación de dolor y rechazo, no quería seguir sufriendo por Daniel y en ese momento se prometió a sí mismo no llorarle.
Sin darse cuenta había llegado a su "nuevo hogar", pronto procedió a darle un poco de estilo a ese espacio que ahora podía llamar suyo, acomodó los muebles, ordenó sus libros y revisó cada rincón del nuevo departamento para asegurarse de que se encontrará en buenas condiciones, una vez hecho esa serie de evaluaciones tomó algo de dinero para dirigirse a una pequeña tienda en la que encontró lo necesario para sobrevivir decentemente.
Cuando volvió no pudo evitar recordar todos aquellos momentos tan gratos en los que junto a Daniel acudían al Centro Comercial para hacer las compras y en las cuales siempre terminaban en pequeñas discusiones al comprar ciertos productos.
Pero se regañó internamente pues su objetivo en esos momentos era olvidar a Daniel y si seguía recordándolo era más que claro que no lo lograría.
Se sintió miserable y aunque ya se sentía familiarizado con esa sensación siempre iba a ser duro vivir con ello y más ahora que la única razón por la que era feliz ya no estaba.