Hoy se cumplen veintinueve días desde que me encuentro en aquel hotel, sola. El capital que me proporcionó Hakin se ha agotado tras la compra de alimentos, dejándome sin recursos para mi sustento. Sin embargo, no me siento alarmada, ya que mañana a primera hora, Roger vendrá a recogerme, lo que me permitirá despreocuparme de mi situación financiera, ya que él se encargará de mis necesidades.
A pesar de esto, no puedo evitar sentir cierta inquietud. Me he sentado en el lobby del hotel, aferrándome a la última pizca de esperanza de que uno de mis padres cruce esa puerta, y que yo pueda correr hacia ellos, llorando y pidiéndoles perdón. Por otro lado, me siento incapaz de abandonar a Roger, quien ha hecho tanto por mí y me ha ofrecido un hogar. Sin embargo, debo ser honesta conmigo misma: anhelo reencontrarme con mis padres, ya sea hoy o mañana a primera hora.
Soy consciente de que esta posibilidad es remota, aunque mis esperanzas, aunque mínimas, siguen vivas, esperando que se materialicen. He encontrado los perfiles de mi hermana y Hakin en las r************* , pero no me atrevo a contactarlos; no después de haberme dejado en el desierto con la intención de que pereciera. He decidido dejarlos vivir en su felicidad, disfrutando del amor que se tienen, no solo porque me han enseñado lo que significa realmente amar, sino porque confío en que el tiempo les hará enfrentar las consecuencias de su daño hacia mí.
He estado realizando una búsqueda exhaustiva del perfil de mis padres durante un tiempo considerable, sin obtener resultados satisfactorios. Era consciente de que mi madre probablemente no utilizaba esta plataforma, pero mi padre, siendo más tecnológico, debería haber tenido un perfil activo. A pesar de esto, no logré encontrarlo. Aunque sabía que no estaban activos en r************* , mantenía la esperanza de que decidieran comunicarse conmigo de alguna manera.
Durante mi búsqueda, noté que el perfil de mi hermana se había actualizado, mostrando una nueva foto que anunciaba su fecha de matrimonio. Lo sorprendente no era que se casaran, algo que ya anticipaba, sino que habían elegido el día de mañana para hacerlo, coincidiendo con mi partida de este lugar. Esto significaba que no tendrían la oportunidad de contactarme o buscarme.
¿Fue esto intencional? ¿Hakin se aseguró de que mis padres estuvieran ocupados ese día para que no vinieran a buscarme? No parecía plausible, ya que, de ser así, no habrían esperado hasta el último momento para intentar localizarme. Definitivamente, esto no tenía sentido. Si realmente deseaban saber de mí, habrían contactado al personal del hotel, pero nunca lo hicieron; eso no era lo que la situación indicaba.
Por lo tanto, podría ser que decidieran casarse exactamente en este día para cerrar un capítulo en sus vidas, olvidándose de mí al unirse en matrimonio. Esta interpretación comenzaba a tener mucho más sentido para mí.
Mis ojos se habían nublado y un escalofrío recorrió mi cuerpo al confirmar una vez más que ya no pertenecía a la familia Kabore. Aunque sabía que Roger daría todo por mí, eso no cambiaba el hecho de que me sentía perdida, sola y aterrorizada por el futuro en un país donde no tenía estatus legal. No podía volver atrás, no tenía dinero para comprar otro billete, y aunque lo tuviera, ¿a dónde regresaría? No tenía un hogar al que volver; me habían rechazado de la manera más vil que existe.
Si regresara, tendría que vivir en la calle y enfrentar innumerables calamidades, me convertiría en una persona sin familia, lo que ya era — me río sarcásticamente de mis propios pensamientos. Sí, soy una persona sin familia, una huérfana sin ningún propósito ni dirección en la vida. Mi vida es sin duda triste y soy la persona más infeliz del mundo.
Deseaba tanto enviarle un mensaje para herir sus sentimientos y tal vez despertar su conciencia, pero ¿realmente valía la pena perder mi tiempo? No, no valía la pena, solo me pondría en una posición en la que se darían cuenta de que sus planes habían dado resultado. Era mejor guardar silencio, permanecer callada y desaparecer sin que supieran lo que me había sucedido.
Me centraría en seguir sus actualizaciones para entender cómo estaban manejando sus vidas y, quizás, en el futuro, encontrar humor en sus desventajas. Por ahora, mi prioridad era avanzar, esforzarme por conseguir un buen trabajo y hacer todo lo posible para mejorar mi situación en el país. Quizás más adelante, podría inscribirme en la escuela y formar una hermosa familia con Roger.
Este pensamiento me proporcionó una renovada motivación para luchar, ya que Roger sin duda merecía todo lo bueno del mundo por ser el ángel que me mostró compasión cuando nadie más lo hizo. Sonreí, abrazando mi nuevo destino, la felicidad que me esperaba y mi incipiente relación con un buen hombre.
Con la mente más clara y una firme decisión de dejar a mi familia atrás, me levanté y caminé hacia mi habitación sin mirar atrás. Era hora de empacar todas mis pertenencias y prepararme para mañana, cuando daría un paso hacia mi nuevo hogar.