Ilusión

919 Words
Este era un tema que me preocupaba comunicarle, pero para mi sorpresa, a él no le importó en absoluto. Cuando le mencioné en el traductor que había estado casada, su expresión no mostró desdén ni me juzgó por no ser casta. Su respuesta fue contundente y resonó en mi corazón, provocando un suspiro por él: —No ser casta no te hace menos que las demás; sigues siendo una mujer de valor y con hermosas virtudes. Eres un tesoro para otros, aunque ya no lo seas para él. Nala, para mí eres un tesoro de gran valor. No esperaba tal reacción, sino su rechazo, pero él me aseguró que valía y que no era una carga para nadie. Roger, un completo desconocido, logró hacerme sentir en segundos lo que Hakin nunca había conseguido durante el tiempo que compartimos, ni siquiera en los momentos en que creía estar enamorada de él. Sí, estaba sintiendo algo, porque la emoción que había despertado en mi corazón por este desconocido era tan intensa que no se comparaba con lo que había sentido anteriormente. Me atrevería a decir que era amor verdadero, amor a primera vista. Mi mano permanecía acariciando la mejilla donde Roger había dejado un beso, un roce que me erizó la piel y provocó una humedad en mí sin reparo. Todo esto había sucedido en minutos, gracias a un hombre cuyo pasado era completamente desconocido, pero al mismo tiempo deseaba conocer cada detalle de su vida. No habían pasado ni dos horas desde que él se marchó y ya me encontraba ansiosa por verlo de nuevo, alimentando pensamientos ilógicos sobre la posibilidad de que en nuestro próximo encuentro pudiera atreverme a probar sus labios y saciar esa sed que persistía en mi boca, una sed que solo él podía apaciguar. Me encontré en un momento de introspección, riendo sola en mi habitación mientras pensamientos de deseo cruzaban mi mente, mi cuerpo calentándose ante las posibilidades que nos esperaban. Había pasado mucho tiempo desde que sentí tal emoción por alguien, y agradecí en silencio a Hakin por llevarme a este lugar. Quizás, después de todo, el destino me había permitido soportar una ruptura difícil para descubrir mi verdadero amor. A medida que los rayos del sol caían directamente sobre mi rostro, instintivamente extendí la mano hacia el otro lado de la cama en busca de Hakin, solo para encontrarlo vacío. Exhalé, recordándome que ya no era mi pareja y que necesitaba adaptarme a mi nueva vida, una en la que tenía que depender de mí misma, lejos de mi familia, y concentrarme en avanzar mientras dejaba el pasado atrás. Sintiendo motivación, terminé de desempacar mis pertenencias y revisé mi ropa para encontrar algo adecuado que impresionara a Roger, el joven que despertaba mis emociones. Al final, descubrí un vestido color crema que, aunque no era demasiado elegante, era una mejora respecto a lo que había traído conmigo. Mi día comenzó con un desayuno delicioso y único, una desviación de mi comida habitual, pero eso no impidió que disfrutara de la nueva experiencia culinaria. Sin tareas inmediatas a la vista, había estado indagando sobre oportunidades laborales, pero las respuestas eran consistentemente negativas. Racionalicé que mis habilidades de comunicación podrían haber sido una barrera, a pesar de mis esfuerzos. Además, la zona tenía opciones comerciales limitadas; el hotel donde me alojaba era uno de los más remotos y económicos, como señaló un caballero local. En consecuencia, había menos empleados y inquilinos durante esta temporada. Sin embargo, el negocio prosperaba debido a su asequibilidad, atrayendo a huéspedes a pesar de su distancia de la ciudad. Durante mi estancia, comprendí por qué Hakin había decidido alquilar un mes completo en el hotel, ya que el costo no era tan elevado como inicialmente había supuesto. Agradecí al personal por la información proporcionada y me acomodé cerca de la piscina con una revista que me habían obsequiado. Aunque no comprendía el contenido de la revista, decidí esforzarme por leerla constantemente y escuchar las conversaciones de los empleados, con la esperanza de mejorar mi comprensión del idioma. El tiempo pasó rápidamente mientras revisaba la revista repetidamente, y no me di cuenta de que el sol se había ocultado. No tenía un reloj a la mano, pero supuse que debía ser alrededor de las seis de la tarde. A pesar de no haber tenido noticias de Roger, permanecí en mi lugar hasta que la noche cayó por completo, esperando su llegada, que nunca ocurrió. Me sentí profundamente decepcionada por su ausencia, especialmente porque no contaba con ningún medio de comunicación con él. En la cama, mi mente divagaba, imaginando las posibles razones de su falta. A pesar de ello, mantenía la esperanza de verlo al día siguiente, pero eso no sucedió; ni ese día ni el siguiente, lo que me llevó a pensar que lo que había sentido por él en tan poco tiempo había sido efímero e irreal. Me preguntaba —¿Cómo podría un chico como él fijarse en mí? — resonaba en mi mente, a pesar de sus cumplidos sobre mi belleza. Tal vez lo había dicho por cortesía, ya que me había sincerado con él sobre mi pasado y la preferencia de mi exesposo por mi hermana. —Qué ilusa soy— me repetía mientras lavaba algunas prendas que había usado, esperando encontrarme con él. Era el quinto día, y aunque me decía que solo iba a la piscina para leer las revistas, en el fondo, seguía esperando sentada en el mismo lugar donde nos conocimos.
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