Capítulo 3. Toma de decisiones

3413 Words
En la noche me acosté a dormir con una sonrisa de idiota pensando en Mariana, pero el sinsabor de lo que hablé con Mariana me deja pensando, básicamente y por alguna misteriosa razón también le atraigo físicamente, sin embargo no está interesada en nada más conmigo. Ahora eso de que también tenga novio no es propiamente lo que esperaba, aunque debo reconocer que ahora que lo pienso es muy probable que sea cierto, ya que con esos labios delgados y rojos, esos ojos felinos, su nariz recta, barbilla corta y recta también como si hubiese sido tallada en yeso, esos senos grandes y redondos, y su piel blanca de porcelana confirma que en definitiva es toda una belleza, que podría estar con cualquiera. Supongo que debo considerarme medianamente afortunado que sólo quiera sexo conmigo, muchos hombres quisieran eso y cero compromisos, pero yo no sé, quizás soy un idiota por pensar en ella como una novia, hoy reconozco que obviamente me siento atraído sexualmente por ella, pero hasta ahora no era un pensamiento consciente, y para ser sincero la forma en la que hablo de ella con mi mamá, es la idea de una mujer más hogareña y perfecta para darle una buena nuera a mi madre. Ahora no es que quiera casarme con ella o nada similar, pero si llegara a suceder no es algo que me molestara, claro está, el hecho de pensar en formar una familia con ella me aterra, sin mencionar el pensar en sostener económicamente la casa, la esposa con todos sus lujos, sus cosas de cremas, maquillajes y demás cosas que las mujeres adquieren por deporte, mientras yo apenas tendría para mi bus y con suerte un tinto. Caigo en cuenta que me estoy dejando llevar de los temores, nadie ha hablado de un compromiso serio, sino de todo lo contrario, pero el pensar en solo acostarme con ella por acabar con las ganas y luego hacer de cuenta que ni la conozco, eso no es mi estilo. Yo sé que la mayoría de los hombres y ahora muchas mujeres dirían que soy un idiota por ser tan romántico y esperar con ser correspondido, cuando todos solo buscan sexo, ponerme a exigir algo más, y sin embargo, de toda la hermosura y gracia física que posee lo que más me gusta es su sonrisa. Quizás lo más adecuado fuera dormirme y dejar de pensar, al día siguiente la buscaré a la misma hora, quizás tenga suerte y sea su último cliente del día, y podamos charlar un rato más, por lo pronto debo levantarme temprano mañana para ir al instituto técnico a ver cuál carrera puedo estudiar, y por supuesto que requisitos y precio tiene ingresar a estudiar.   A la mañana siguiente me levanto pensando en que debo ir al trabajo, hasta que mi madre desde su cama y con un tono sorprendido me pregunta: -        ¿Le pasa algo mijo? -        Si mamá, es que tengo que ir al trab…-Caigo en la cuenta que el día anterior he renunciado y me detengo a la mitad de la frase, entonces termino mi respuesta cambiándola totalmente- Tengo que ir al instituto, quiero averiguar a ver que opciones tengo en esta vida que no sea estar cargando y descargando bultos toda la vida. -        ¿Ah mijo, pero no será muy temprano? -        Si mamá, pero recuerde que al que madruga, Dios le ayuda. Comienzo mi día después de mi rutina de aseo, salgo al frio de la mañana y decido ir a la esquina donde se ubica don Benito el de la lotería y para buena sorpresa allí está sentado en una sillita plegable, entonces mientras me le acerco escucho su sonoro anuncio: -        ¡Jueguela hoy, la lotería de Risaralda, Boyacá, Cauca!, ¡No pierda la oportunidad de hacerse rico!, Buenos días muchacho, ¿Cuál número quiere? -        Buenos días don Benito, ¿Cómo está?, por ahora no quiero comprar, pero gracias. -        Bien, bien, muchas gracias, bueno muchacho entonces cuénteme, ¿En qué puedo ayudarle? -        Si gracias don Benito, es que quiero preguntarle algo, es decir, yo sé que su hija se inscribió al instituto técnico, me lo contó don Ramiro el de la tienda, entonces  quiero saber si puede ayudarme con la dirección del instituto para ir también a inscribirme. -        Ah mijo, claro que sí, pues yo sé que ese instituto tiene sedes por toda Bogotá, pero le recomiendo que vaya a la de la calle 52 con avenida caracas, ahí usted lo va a ver desde la distancia por que puede ver la imagen bien grandota en una de las paredes, y si no lo reconoce, ahí cualquiera al que le pregunta lo ubica fácil. Eso vaya para allá que en ese mi hija Camilita se inscribió y le está yendo muy bien, vaya mijo y si la ve la saluda de mi parte. -        Muchas gracias don Benito, ¡Qué tenga buen día!. Me alejo de él mientras me dirijo a la estación donde puedo tomar un bus para ir a la dirección que me dijo don Benito, pero ésta vez aunque me muero de ganas de ver a Mariana, decido coger por la cuadra siguiente para evitar distraerme y llegar temprano al instituto a averiguar lo que quiero cuando a la distancia lo veo claramente, saliendo de la casa de sus tíos está Miguel, va distraído y no me ha visto, así que decido gastarle una pequeña broma. Entonces me le acerco por la espalda y rodeándolo por el cuello le pongo un dedo en la espalda y le digo falseando la voz: -        Deme el maletín Se pone tenso, y empiezo a pensar que está a punto de hacer algo cuando decido soltarlo y me río, luego lo abrazo y empezamos a charlar, luego lo suelto y me dice que va para el trabajo, entonces me da pena decirle que no voy para el trabajo y le miento, hablamos de su ex y terminamos cuadrando para vernos el miércoles siguiente, entonces me despido y cojo en dirección opuesta a la de él, llego a la estación y espero el bus, contrario al otro que cogía cuando iba al trabajo, éste bus va más bien vacío. Casi una hora después me bajo del bus y salgo de la estación más cercana a la que me dio don Benito, entonces empiezo a caminar y veo a varios muchachos con un uniforme con el logo del instituto en la parte superior izquierda de sus sacos, decido seguirlos. A la cuadra me encuentro frente a un edificio con vidrio desde el piso hasta el techo que está por lo menos a cuatro metros de altura, mientras los estudiantes van entrando aprovecho para preguntarle a un portero que está pendiente de revisar las identificaciones de cada uno que va ingresando. -        Disculpe señor, podría indicarme con quien hablar para ver las carreras disponibles y ¿Qué requisitos tiene el ingreso? -        Mire por favor en el vidrio de allá – Me señala los vidrios más lejanos de la puerta, luego continúa – Allá encuentra todo lo que necesita saber, si requiere más información puede visitar la página web. -        Gracias. Me alejo y rodeo la fila de estudiantes que se está creando frente a la entrada, entonces me voy frente al vidrio y encuentro un listado de carreras para las cuales se deben presentar las solicitudes en determinadas fechas, después de revisar un rato largo vuelvo a donde el portero y le pido un esfero y un papel, entonces me dice que no tiene y me queda recurrir a otro grupo de estudiantes que está sentado en los escalones, después de dudarlo un momento, una muchacha me regala una hoja y me presta un lapicero, entonces anoto la dirección de la página web, y un teléfono, le devuelvo el lapicero a la muchacha y me devuelvo en el bus rumbo a mi casa, cuando me encuentro cerca de allí entro a una tienda de internet y pido quince minutos de tiempo, me siento y de inmediato comienzo a buscar toda la información posible de las carreras que hay disponibles y cuáles de esas me interesan, al terminar los quince minutos se bloquea la pantalla con un logo de la tienda, entonces me acerco a la recepcionista y pido minutos a línea fija, después de que me asigna a una cabina, entro y marco el número que anoté en el papel, entonces después de que logro conseguir una voz humana al otro lado de la línea me pregunta la carrera en la que estoy interesado, le cuento que estoy indeciso entre tomar informática y tomar carpintería, la voz de chica me indica los requisitos para ambas carreras, las fechas en las cuales debo presentarme y los documentos a presentar, luego me indica que para la carrera de informática tengo que presentar un examen sobre todo por lo que llevo más de cinco años sin estudiar, y deben validar mis conocimientos, entonces cuelgo y me quedo pensando en que decisión debo tomar. Salgo de la cabina de teléfono y pago cinco mil pesos en la recepción, me he quedado bastante corto de dinero, pero mañana ya es sábado y no necesito salir de la casa, según lo que me dijo la muchacha al otro lado de la línea del instituto, tengo una semana larga para prepararme ya que pienso que la carrera de informática tiene mucha más salida que la de carpintería, y por otra parte es un área que he explorado poco, pero por lo mismo me apasiona. Al llegar a casa encuentro que mi madre no ha salido de la cama y se ha estado sintiendo muy enferma toda la mañana, con preocupación el pregunto si ha tomado sus medicamentos, y si desea que la lleve al médico, no contamos en el momento para invertir en la salud de mi madre, pero soy capaz de hacer lo que sea con tal de salvar su vida y verla bien. Me responde que si ha tomado su medicamento, pero que se ha sentido realmente muy cansada y solo ha querido dormir, entonces asiento, le pido que descanse y me voy a la cocina a preparar algo de comer. Más tarde cuando termino de cocinar y mi madre se logra levantar de la cama, le cuento de mi plan, ella me felicita por mi nueva decisión y me dice que me va a apoyar en todo lo que yo requiera, sólo le preocupa un poco que el dinero alcance ya que yo sin trabajar y a ella ya no le quieren dar trabajo en ninguna parte por su edad, entonces le cuento que al estudiar en el instituto me pagarían y viendo que es mucho más de lo que ganaba en mi anterior empleo, sonríe y me dice: -        Mijito no sé por qué se ha demorado en tomar la decisión, pero en definitiva parece buena, por otro lado tenemos que buscarnos algo para este mes y medio que viene antes de que usted reciba ese dinero y ya sólo me queda lo de éstos días para comer. -        No se preocupe mamá, voy a ver qué puedo hacer para conseguir lo que nos falta. Luego de hablar un rato más sobre todas las cosas que han pasado, me acuerdo de que faltan diez minutos para las cinco, entonces salgo corriendo a buscar a Mariana a la panadería, al llegar sólo encuentro un señor atendiendo, de nuevo la panadería está vacía y cuando voy entrando escucho que el señor me dice: -        Buenas tardes muchacho, ¿En qué le puedo colaborar? -        Si señor gracias, estoy buscando a alguien. -        A quién en específico, digo ¿Por lo menos sabe el nombre para ver si le puedo colaborar? -        Si claro, se llama Mariana. -        Ah Mariana, no, no ha venido hoy, quizás mañana. -        Vale, muchas gracias. -        Con gusto. Salgo de la cafetería y volteo a ver en todas las direcciones como si confiara en que milagrosamente ella apareciera al voltear alguna esquina, pasados unos segundos me hago consciente que no va a suceder nada extraño y regreso por el mismo camino por el que vine, con una sensación de abandono que hacía rato no sentía. Al llegar a casa de nuevo mi mamá me pregunta la razón por la que salí con tanto afán, luego de contarle la causa me explica que no debería sorprenderme, ya que en realidad no cuadramos una cita, también le explico lo que Mariana quiere de mí y con una tierna sonrisa me indica que no es algo de lo que deba preocuparme, que si las cosas me han de convenir se darán solas, pero que ya no le gusta como posible nuera, ya que si una mujer tiene novio no tiene por qué estar ofreciéndose de esa manera como ella lo ha hecho. Al terminar de comer mi madre sigue sintiéndose enferma de manera que la llevo a descansar y al cabo de un rato también me acuesto en mi cama un poco más temprano de lo habitual, estoy pensando en lo que mi madre ha dicho sobre Mariana y la conveniencia en seguirle el juego a pesar de lo que mi mamá me ha dicho, por otro lado una parte de mí ya quiere saber lo que significa la expresión de hacer el amor pues todos los muchachos conocidos lo hablan desde hace unos diez años aproximadamente, yo en mi caso no me he atrevido y en parte me siento inseguro por mi cuerpo, ya que veo por todas partes que las mujeres quieren solamente hombres grandes de cuerpo inflado y que tengan una personalidad divertida, y yo soy más bajo que la mayoría y tan flaco que mis amigos me ponían sobrenombres como el flaco, el huesos, y cosas por el estilo, entonces ¿Por qué le llamo la atención a Mariana sólo para eso? Me quedo pensando esto y me voy durmiendo. El fin de semana pasó sin mayores inconvenientes ni mayores preocupaciones, mi madre se levantó como si nada al día siguiente bien temprano como de costumbre, yo me di mi buena caminada hasta el mercado del barrio donde me ofrecí a cargar algunos costales y hacer las veces de mensajero para los clientes, no me fue mal, pero la mayoría de los clientes no me dieron propina o mayor a quinientos pesos, al final del día me doy cuenta que reuní unos diez mil pesos, para toda la semana, así que al lunes no le pido dinero a mi mamá y comienzo mí ya conocida rutina para buscar trabajo, comenzando por los clasificados del periódico del día anterior, y terminando en la visita de todas y cada una de las tiendas del barrio para un empleo temporal, en una sola peluquería me dijeron que me necesitaban cada jueves después de las siete de la noche para hacer aseo, entonces ya empiezo a tener de nuevo varios empleos mientras me sale algo mejor o ingreso al instituto, en una de esas ocasiones me cruzo con Mariana, va cogida del brazo de otra muchacha con la que camina dentro de un grupo de chicas que charlan y se ríen a todo volumen, ella no me ve al inicio, luego su mirada se cruza con la mía y mientras levanto una bicicleta de un asadero de pollos para hacer un domicilio, ella solo sigue caminando, voltea su mirada como si se enojara y sigue caminando sin darme importancia. Al terminar mi jornada estoy cansado a más no poder, en muchos de los lugares a los que voy ofreciendo mis servicios me preguntan si de verdad tengo la fuerza para cargar cosas pesadas, ya que me ven tan delgado que suele ser la primera pregunta, sin embargo se quedan boquiabiertos cuando ven que no solo tengo la fuerza para levantar los objetos pesados, sino que además realizo mi trabajo bien y rápido. El miércoles no me vi con Miguel, sino con su tío quien me indica que no ha llegado a la casa y que no sabe a qué hora llegaría, así que lo llamo y cuadro una salida con él para el viernes de la siguiente semana, es hoy, entonces suelto mi trabajo, me despido de los dueños del asadero y salgo a reunirme con Miguel en el bar de siempre, cuando entro hay muchos muchachos y muchachas vestidos con ropa negra, y camisetas metaleras, yo nunca he encajado con ellos, pero la música me agrada bastante, me siento y pido una cerveza, luego mientras espero le escribo a Miguel quien me responde que ya va llegando, espero unos diez minutos más y entonces aparece mí amigo, hemos sido amigos desde que estábamos en transición, se sienta y pide una cerveza para él también, nos ponemos a hablar un rato, y me cuenta de sus cosas, lo molesto porque por lo que me cuenta tiene un lió de faldas no con una sino con tres mujeres, yo no le cuento nada sobre mi falta de experiencia, entre hombres esos temas dan es pena de solo mencionarlos, y al final tampoco le cuento nada de Mariana, seguimos hablando un rato hasta que empezamos a sentir los efectos del alcohol, entonces nos levantamos y Daniel paga la cuenta, lo acompaño a su casa que me queda de camino a la mía, luego llego a mi casa y mi mamá está sentada en la mesa con una camándula en la mano, cuando me ve entrar un suspiro y unas pocas palabras salen de su boca: -        ¡Ay Dios mío bendito, mijo donde andaba metido, mire las horas que son!. Volteo a ver mi reloj y veo que son pasadas tres minutos las once de la noche, entonces le comento que al salir del trabajo me encontré con Miguel y que nos hemos ido por unas cervezas, que no se preocupe que él ha pagado la cuenta, ella no me regaña más al saber que he estado bebiendo con Miguel pero me advierte: -        Mientras no sea todos los días sino de vez en cuando y con personas como Miguel, no tengo mayor inconveniente en que se tome una que otra, pero de todas formas no confíe mucho en ese muchacho, recuerde lo que pasó hace unos meses, que aunque él lo negó todo, se corrió el rumor de que iba a robar a su propio padre, imagínese eso mijo, no es de Dios un comportamiento así. -        Mamá no se preocupe, y no crea esos rumores, ya quedó aclarado que solo lo implicaron, además mire que él ya está trabajando en una empresa buena, y además él ya es profesional, cosa que yo aún no. -        Si mijo, pero en su caso no es porque no haya querido usted o yo, sino porque las condiciones no se nos han dado. -        Si mamá, pero le tengo noticias. -        ¿Cuénteme que sucedió? Se levanta y toma una olleta, la llena de agua y la pone al fuego. -        Pues mamá, adivine , me llamaron del instituto técnico, me toca presentar el examen éste lunes y si paso me dejan entrar a estudiar. -        ¡Ay mijo que buena noticia! Se agarra las manos, cruza los dedos y luego con su mano derecha saca del bolsillo la camándula con la que estaba rezando hace un momento, se santigua y cierra los ojos mirando al techo, murmura unas palabras totalmente inaudibles, entonces me mira y me ordena: -        Mijo yo sé que lo van a aceptar, pero póngase a estudiar juicioso, y encomiéndese a la virgen santísima para que todo le salga bien. – Se vuelve a santiguar y entonces continúa. – Yo sé que usted es capáz. -        Si mamá, muchas gracias, le haré caso. Me voy al baño pero mi madre me lo impide, me dice que por favor espere el café, le contesto que solo voy al baño y que regreso enseguida, entonces ella me suelta el brazo y voy a permitir que mi cuerpo continúe el ciclo del agua, regreso a los pocos minutos y mi madre tiene sobre la mesa dos tazas de café y en un plato un pan para cada uno. Realmente no me apetece tomar nada ni comer nada después de beber alcohol, pero por ser mi mamá la que lo sirve, le acepto, entonces después de tomar lo que sería la cena, nos preparamos para dormir y comenzar temprano el sábado.
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