Ana Me siento asqueada, y más por lo que tuve que hacer, pero ahora ya tengo a Leonardo bajo mi poder, ahora me voy a encargar de llevarlo a la ruina. —Ana, ¿Estás segura de lo que piensas hacer? —Muevo mi cabeza. —Lucas, no lo voy a dudar, sé muy bien quien es Leonardo y lo que es capaz de hacer, pero ahora no estoy sola, tengo todo el poder que mi padrino me dejó y créeme que no me va a temblar la a mano ante él. —Está bien, pero recuerda que también me tienes a mí, yo voy a estar contigo hasta la muerte si es necesario. Lucas toma mi mentón y hace que lo mire a los ojos, esquivo la mirada, no quiero ver lo que sus ojos me provocan. —¡Señorita! El señor Ricardo Santoro solicita verla. —Me separó de Lucas y caminó de nuevo hacia mi escritorio. —Dile que pase —hable, llenado mi cara

