Ana Mi alma y corazón aún no tiene consuelo y creo que nunca lo voy a tener, se que esto fue mi culpa, si tan sólo yo hubiese desistido de todo esto, seguro y mi padrino estuviera con vida. —Ana, ya deja de culparte, tú no hiciste nada, a Pablo le hubiese gustado verte así—Me giro sobre mi eje y veo la cara de preocupación de Lucas. —Pero muy en el fondo sabes que si fue mi culpa — me siento a su lado, en medio de todo Lucas ya se encuentra bien, pero aún no sabe quién le golpeó tan salvaje. —No es tu culpa, deja de culparte, ahora bien, vas a llamar a Paul. El ya viene en camino, sé que para él más que nada el golpe es más duro, era como nuestro padre, pero ahora ya no está —respondo, mientras limpio lágrimas que salieron sin mi permiso. Me pongo de pie y voy directo a mi habitación

