La escena continuo ante nuestros ojos, Leslie se vanagloriaba en la oficina luciéndose moviendo las sillas para que viéramos que no tenía nada que ocultar, ella le dio una mirada al celular, tome una captura de pantalla para tener una prueba, porque sabía que Cristopher se colgaba en su cuello el celular como si fuera un carnet, previa que iba a tomar el aparato y colgué.
—Tenemos que ir hasta allá— me sentí bastante molesta y preocupada por como esa mujer logro violar toda la seguridad y llegar a nuestro centro de cómputo, ¿Cómo había logrado aquello? ¿Y desde hace cuánto?
Andrew me dio una larga mirada.
—Hay un evento por la llegada de nuestros hijos— su voz mostraba lo inquieto que se sentía, sabía que quería salir corriendo para hacerme cargo de la situación, tal vez en el hospital el logro controlarme, pero ahora no.
Mordí mi labio recordando que teníamos la casa llena de personas y como si fuera llamado por los mismos ángeles mi padre cruzo la puerta con mi campeón en brazos, se veía bastante joven hasta que vio nuestras expresiones, sabía que algo había ocurrido algo importante.
Fijo sus ojos en nuestra nena especial y se vio aliviado por un momento.
—¿Qué ha pasado? — su cara adquirió un tono más neutral.
Andrew tomo la palabra.
—Leslie ha ingresado a la compañía, tenemos una captura de pantalla de ella en el centro de cómputo— mi progenitor pareció meditar sobre las diferentes opciones.
Sentí que el tiempo pasaba lentamente.
—Vas a ir a encargarte— lo dijo como una expresión y no una pregunta.
Asentí poniéndome de pie, mi corazón de madre se estrujo un poco, viendo a mis bebés entre los brazos de los hombres más importantes en mi vida.
—Se lo que estás pensando y no tienes por qué elegir entre la maternidad y tu carrera— me consoló mi padre— eres una mujer fuerte e inteligente, tu madre y yo resolveremos todo mientras ustedes regresan.
Bese la frente de mi Daniel, el me dedico una sonrisa mostrándome su encía, me sentía feliz de estar respaldada por mi familia, me alegraba que me permitieran tener cierta libertad sin hacerme sentir culpable por mis elecciones. Nos apresuramos para salir, me senté en el asiento del copiloto y mi hombre tomo el volante, no quería exponerme a manejar porque aún no estaba en mis plenas capacidades, no quería ocasionar un accidente.
—¿Estas segura de esto? — Andrew tomo una actitud más seria.
—No puedo quedarme en la reunión sabiendo que esa mujer está en la empresa— algo malo se estaba orquestando en nuestra compañía.
El camino fue bastante tranquilo y manejamos bastante deprisa, cuando fue aparcar el auto en la entrada de la empresa pude sentir que ella estaba dentro, baje del auto antes que se detuviera y no me importo en lo más mínimo estar en ropa deportiva, entre por la recepción ya casi anochecía y todos parecían sorprendidos. En cuanto entre en la recepción temí que cualquiera pudiera estar implicado. ¿Cómo hacia para controlar al personal? No podía, mucho menos dar aviso de que tenía sospechas de ellos, les deje mi mejor sonrisa.
Todos me saludaron alegres.
—Señorita Wilson, bienvenida— me sentí entrando en casa.
Ingresamos al elevador a pasos lentos porque la gente quería saludarnos, llegamos al piso de las cámaras, el personal parecía muy extrañado por mi presencia, para cuando llegamos a la puerta estaba segura que ella ya no se encontraba ahí, toque la madera esperando encontrar al chico nuevo y a Ray.
El tiempo de respuesta era demasiado lento para mi gusto.
—…Ya te dije que no tengo porque andarte dejando entrar Cristopher—contesto mientras abría la puerta se quedó sin expresión cuando nos vio, dudaba que reconociera mi cara, pero Andrew estaba a mis espaldas siendo una presencia intimidante.
—Es un gusto verlo personalmente, señor…— mis palabras eran bastante contenidas.
Su boca se abrió y cerro, sin emitir palabra.
Empuje con mi mano la puerta para entrar, el lugar estaba vacío excepto por él, pero el perfume de una mujer aún estaba flotando en el ambiente, di un par de pasos hacia el centro, le hice una señal a Andrew para que cerrara la puerta, el hombre se veía muy nervioso.
—Puedes sentarte, tenemos mucho de qué hablar— mi tono no admitía replica, con pasos vacilantes llego hasta la silla para sentarse.
—Señora Wilson, yo…— hice un movimiento para que guardara silencio.
—Señor…
—Guzmán, Andrey— su nombre no me hacía sentido.
—¿Desde cuándo trabaja para nosotros señor Guzmán? — me recosté en el borde del escritorio viéndolo fijamente.
—Voy…voy a cumplir tres meses— humm seguía sin recordar su cara.
—¿Desde cuando trabajas en seguridad? — el miro a Andrew, tratando de evitar mi pregunta.
—No entiendo señora Wilson, ¿Por qué está interrogándome?
Tamborilee con mis dedos la madera del escritorio.
—Señor Guzmán…debo informarle que se encuentra en un predicamento, tengo conocimientos que había con usted una mujer en una zona en la que solo debe estar personal autorizado— el pareció conmocionado.
—No…eso no— balbuceaba.
—Basta, entre más siga mintiéndome empeorara su situación, le pido que conteste una simple pregunta, ¿Desde cuándo trabaja en seguridad? — por acto reflejo el soltó un poco el nudo de la corbata de su uniforme.
La puerta sonó como para tratar de abrirse, Andrew había puesto seguro y le di la instrucción para que nadie entrara.
—Responda la pregunta— mi tono ya no era tan agradable.
—Llevo cerca de dos meses— contesto vacilante.
Puse mis dedos en el puente de mi nariz.
—Señor Guzmán mentirme será solo peor— di un paso más cerca de él y pude ver que se enderezo en el asiento — sé que no es así, porque yo manejo las planillas del personal de seguridad y conozco a cada uno, asique ¿Desde hace cuánto tiempo trabaja en seguridad? Porque, aunque usted crea que esto se resume a un simple despido va mucho más allá, ¿Escucho usted sobre lo que paso con Gregory? No será nada comparado con lo que hare con usted si me sigue mintiendo— sabía que todos creían que era algo tirana por lo que le hice, pero las mujeres que eran acosadas con el ahora estaban aliviadas.
—Yo no…he estado un par de días.
—¿Y quién autorizo tu traslado? — él se veía aún más nervioso y no quiso seguir hablando— entiendo que tengas algo de miedo, pero puedo contratar un investigador privado que me dirá exactamente lo que quiero saber y más, sabré cada pequeño detalle sobre tu vida y si tienes algún esqueleto en tu armario lo averiguare, lo expondré para que todos lo sepan y hare tu vida miserable…¿Realmente quieres mentirme? — su cara se había vuelto pálida— tuve a dos bebés hace un par de días, arruinaste mi fiesta de llegada, así que no querrás jugar con una madre que quiere proteger a sus hijos y esta empresa es mi hijo mayor.