Llegué a la oficina sintiéndome agotada, me senté en la silla, pensé largamente en que, si esa mujer se había tomado tantos trabajos para infiltrarse en la compañía, no solo tendría un amiguito secreto, ¿Qué haría yo en su lugar? Pondría cámaras y micrófonos, se puede confiar en un buen espía, pero no puedes poner todos tus huevos en una sola canasta. Debería irme a casa y hablar esto en persona, pero algo me detuve. Era una especie de presentimiento profundo…me acerque hacia el escritorio, cuando estuvo en mi rango de visión pude ver una carta sobre el mismo, no tenía remitente o palabras por fuera, la ojee levantando mi vista para ver si alguien más estaba observando, pero no vi a nadie. Me sentía intrigada y molesta. “Querida Joelin… Se que aún no nos conocemos, supongo que para es

