—¿Qué no va a funcionar? — me recosté en el borde de uno de los escritorios— ¿Crees que podrías encargarte en una pelea con nosotros si tratáramos de detenerte? Tienes razón, quizás no podamos hacerlo— mire a los hombres a mis pies— dudo que podamos ganarte después que derribaste a dos hombres que están capacitados para protegernos, pero…ese no será el mayor de tus problemas, porque aunque puedas salir de este edifico en una pieza, no podrás librarte de nosotros— mi mirada se hizo muy intensa y me puse de pie irguiendo toda mi estatura— especialmente de mí, no dejare de cazarte y cuando sepa que haces aquí y porque, desearas jamás haber pisado esta empresa. El hombre en cuestión soltó una gran carcajada, por poco escupe la dona que tenía en la boca, fue una vista preocupante y desconcerta

