PODEROSA TENTACIÓN

CAPITULO 2

Nicolas Williams, ese nombre me ha atormentado desde el jardín de niños, siempre, he quedado en segundo lugar por su culpa, no importa en que participe, mi nombre siempre aparecía de segunda, nunca pude obtener el primer lugar por ¡SU CULPA! y ahora me dices que el hombre que tanto evite en mi vida es el hombre al que acabo de arruinarle la boda, que me tomo del brazo y salió corriendo conmigo. No puede ser, por ti cambie mi apariencia muchas veces para que jamás en tu existencia me reconocieras y tuvieras que burlarte de mi, incluso una vez me vestí de emo, mis papás casi me corren de la casa ese día.

—Si, pero nunca antes me han llamado engreído — me contesto con una pequeña sonrisa.

—Bueno, no será la última, tenlo por seguro.

—Muy bien, y usted es...?

Esta esperando mi respuesta, permanece tranquilo como si no hubiera nada que lo pudiera irritar. Por alguna extraña razón me siento obligada a responder.

—Raquel.

Me mira, como analizándome de pies a cabeza, me siento como en una entrevista de trabajo. Me quedo quieta y firme intentando disimular mi nerviosismo.

—¡Bien! Es un gusto señorita Raquel. Bienvenida a la familia Williams.

Cuando dijo eso, solté una carcajada —¿Qué?

—Lo que escucho, interrumpió mi boda sin motivo alguno y anuncio públicamente que estaba saliendo con usted.

—No, no, es un malenten...

Me interrumpió y siguió hablando.

—Ya sea un malentendido o no, se casara conmigo. Iremos a mi casa y ahí firmaremos el acuerdo.

No podía creer lo que me esta diciendo, yo solo quería tener un día mejor, pero por estúpida me fui a involucrar con este lunático.

Iba a buscar alguna manera de que me dejaran ir, no quería involucrarme más con ellos, pero justamente recibo una llamada. Era mi madre.

[¿Hola?]

[¿Hola? como que hola jovencita. ¡Estas en todas las noticias!]

[Si, si, lo se mamá, te lo explicaré ]

[Nada de explicaciones, ¿Cómo no se te ocurrió decirme que el joven Nicolas y tú estaban saliendo?]

[¿Qué? no mamá, no es así...]

[Hija, tranquila, entiendo]

[¿En serio? que bueno, ahora necesito que...]

[Y dime, ¿Cuándo me presentaras a mi yerno?]

[¿Qué?]

[Sabes que, yo arreglare todo para el compromiso, no te preocupes]

[No mamá, espera]

[Menos mal que estas con el joven Nicolas, ahora serás sin duda mi única heredera, bueno, tengo asuntos que atender, me das los detalles después]

Colgó, no podía creerlo, su única heredera ¿De verdad? ¿solo por estar con ese hombre? hasta cuando dijo "única" heredera sentí brillos en las palabras. No puedo creerlo.

—¿Todo bien?— pregunto Nicolas con curiosidad.

—Si, ¡por supuesto!. Dijo que iríamos a firmar los acuerdos ¿verdad?, adelante. Démonos prisa.

Se que esto es repentino, pero las palabras de mi madre siguen resonando como por arte de magia. No puedo dejar pasar una oportunidad así. Ni loca. Durante todo el trayecto no dijeron absolutamente nada, el hombre incluso apago su celular para no recibir llamadas.

Cuando llegamos a su casa, era una mansión. En el segundo piso tenía una oficina, al entrar solo tomo asiento y no me miro.

Empezó a revisar carpetas, no me presto ni la mas mínima atención, me quede parada, inmóvil, pero al ver que solo se quedaba ahí sin hacer nada me empecé a desesperar.

—Si no vamos a llegar a un acuerdo, será mejor que me valla.

—No, no puedes, apenas cruces la calle te rodearan los reporteros, solo espera cinco minutos. Ya casi llega. —Su rostro permaneció serio, y volvió a leer sus papeles.

—¿Quién viene?— no me contesto, sigo pensando que es un engreído.

Como me dijo que esperara y la posibilidad de mi herencia esta en juego, voy a esperar otros minutos más. Como estaba aburrida, caminaba en círculos por la habitación. Pero como seguía sin venir nadie, me recargue en la puerta y mire a Nicolas.

—¡Oye! ¿Qué tanto estas esperando?

—tres... dos... uno.

Susurró tan suave que apenas pude oír lo que dijo.

—En serio, te vas a poner a contar ahor...

No termine mi frase, cuando las puertas se abrieron bruscamente y solo se escucho el ruido que ocasiono la puerta al golpear mi espalda.

—Señor, ¡No puede hacer esto! ¡COMO SE LE OCURRE SALIR DE SU BODA CON UNA COMPLETA DESCONOCIDA!

Un Hombre joven, con traje y expirando, como si se hubiera apresurado en llegar, acaba de abrir la puerta, golpearme la espalda, y para variar, esta enojadísimo. Me da igual quien sea, me las va a pagar, en serio este día no puede empeorar.

Me levanto y camino lentamente hacia él, pero Nicolas suelta una carcajada muy grande, y el joven ni siquiera nota mi presencia.

—¿De que se ríe señor? ¡Esto es un asunto serio!

Comienza a girar y buscar la causa de su gracia, pero yo le voy a dar razones para gritar.

—Oye, ¿Quién te crees que eres? —mi voz de enojada no se podía disimular.

Por fin volteo y me mira.

—¡Aaaaaaaaah! ¡UNA BRUJA!

—¿Qué? A quien le dices bruja desgraciado.— Lo tome del hombro.

La risa de Nicolas aumento de manera exagerada, tanto que quiero golpearlo a él primero.

—Jasper, Jasper, ella es la señorita Raquel—dice Nicolas entre risas.

El rostro del joven empalideció y me miro.

—Señorita, ¿Qué le paso? se ve completamente acabada. Dios, su ropa parece húmeda, ¿y su cabello es así o un ave bajo para despeinárselo tanto?

—¿Acaso se esta burlando de mis rizos?— me esta sacando cada vez más de quicio.

—Pa... Para nada señorita.

Me mira tembloroso y yo amenazante.

—Muy bien, ahora aprieta los dientes— levanto mi puño para darle un buen golpe en la cara y desquitarme. Pero de repente alguien detuvo mi puño.

—Alto. No lo golpees por favor, es un m*****o importante para mi empresa.— Me miro indiferente, y no me soltó hasta que me calme.

Y ahora, estamos los tres sentados. Nicolas en el escritorio y este idiota y yo enfrente.

—Jasper, llegaste justo a tiempo. Ahora toma nota para hacer el acuerdo del compromiso entre ella y yo.

—¡¿QUÉ?!— se sorprendió tanto que hasta a mi me asusto.

—¿Es en serio señor? ¿Porqué decidió hacer esto de repente? ¡¿ACASO ESTA LOCO?!

—No, pero al menos a ella la escogí yo y no mi madre.

El joven suelta un enorme suspiro y frota su mano en su frente.

—En serio señor, con usted voy a morir por estrés antes de llegar a la vejez.