Capítulo Uno - Pesadilla

1600 Words
Capítulo Uno - Pesadilla.  Marzo 18 del 2021 Samara Rusia.  Caeli Mancini D' Lombardi.  Ella, mi pedacito de corazón, la única fuerza que me queda, para seguir adelante. Irina, mi hija. Es preciosa, una niña especial. En todos lo sentidos, sobrevivió por mucho tiempo y me dio fuerza para no rendirme. La hija del hombre que me tomó como esposa, hombre que decía quererme. Único hombre al que me entregué por voluntad propia. Día a día que mi hija crece, en lugar de parecerse a mí, es idéntica a su padre, quien no tiene idea de que ella existe. A pesar de que mi alma pide a gritos que Adrik nos encuentre, después de más de un año, las esperanzas comienzas a desvanecerse.  Mi pequeño ángel, tiene tan solo ocho meses, parece que a ella le va a gustar esa cifra, puesto a que nació el dieciocho de julio del año pasado y ahora exactamente hoy ocho meses de su nacimiento, duerme, pero no como cualquier bebé, siempre se mantiene a alerta y eso es algo que me preocupa. Porque hay momentos en los que no completa su horario de sueño y eso para una bebé de su edad está mal. Pero si tenemos que elegir un culpable soy yo. Porque durante la noche tengo pesadillas, las cuales no puedo controlar. Los medicamentos que el medico de Yakov me receta deben de tener algo oculto que me provoca eso.  Ni siquiera creo que le importe que lleve en mi vientre un hijo suyo y que estoy en el periodo en el que su hijo corre aun más riesgo. Voy a creer que él no tiene sentimientos. Creo que el único motivo que tiene para hacer esto es la rabia que sintió cuando se enteró del nacimiento sano de mi hija. Sin embargo por el momento y espero nunca intente atentar de nuevo contra la vida de mi hija, porque si lo hace sacará todo lo que en estos momentos llevo por dentro. No soy una asesina, pero si tengo que matar por proteger a mis hijos, lo haré. No me importará quien sea.  Y como si no fuera poco estar lejos de mi esposo, haber sido violada y agredida. También tengo que vivir con miedo, porque Yakov está metido nada más ni nada menos que la mafia rusa. Nunca en mi vida he querido estar lejos de alguien como de Ivanov. La Bratva, no solo es una de las Organizaciones de la mafia más poderosa, sino que también es la más sangrienta. Nadie que quiera vivir debería acerarse a alguien que este relacionado con esa Organización.  En conclusión, Yakov y toda su gente son un peligro. Menos su hijo, mi bebé es un ser inocente, no es culpable del mal que ha hecho el hombre que lo engendro, porque ni siquiera puedo llamar padre a ese hombre. De tan solo verlo me produce repulsión. Sumándole a eso los síntomas del embarazo, en este momento soy prácticamente intocable. Nadie lo hace. Todos me tratan bien, nadie se ha atrevido a tocarme después de que se enteraron de mi estado. Nuevamente este bebé está siendo mi salvación.  Luego de la recuperación por la que tuve que pasar después de traer al mundo a mi hija. Nadie me tocaba, si no supiera quien es Yakov podría haber pensado que realmente se preocupaba por mí, pero el infierno para mí vino después. Cuando cumplí dos meses y medios después del parte, Yakov comenzó a violentarme y no importo cuanto sufría, es más creo que eso era lo que esperaba provocar. Quería hacerme sufrir, porque según él, Irina no debería ser hija de Adrik, si no de él. Entonces para que su ira se aplacará yo fui la que pague, yo fui quien resulto herida. Recuerdo bien, que casi todas las semanas venía a mi habitación y abusaba de mí.  Hasta que el veintisiete de diciembre mientras me violaba, un dolor se hizo presente en mi vientre, él estaba dañando a su propio hijo. Pero en ese momento nadie sabía que estaba embarazada, por lo que cuando el medico regaño a Yakov por su comportamiento y le informo que el sangrado excesivo se debía a que estaba embarazada él ya no volvió a lastimarme, desde ese entonces, no hay día que no reciba un regalo de su parte. Él cree que yo deseo celebrar que producto de sus continuas violaciones voy a tener un hijo. Ningún niño merece ser producto de ese tipo de acontecimientos. Un bebé debería ser engendrado por dos personas que se aman, no de esa manera.  Para Yakov esto ocurrió porque me negué rotundamente a ser su mujer, si yo yo hubiera cooperado, seríamos felices. ¿Cómo se puede ser feliz con un hombre que está loco  y solo demuestra violencia? No hay manera alguna de ser feliz así... Coloco a Irina en su cuna, sonrío. Ella es recuerdo de que hace más de un año, mi vida era parcialmente buena, pero también es la señal de que los milagros existen, incluso los menos esperados. Porque siempre que mantuve relaciones con Adrik, me cuide, para evitar este tipo de cosas exactamente.  –Eres hermosa, mi pequeño brillo luna –la razón por la que le digo así es simple. Los días de luna llena se pone especialmente inquieta –, descansa tranquila, mamá te cuida –acaricio su pequeño rostro, cubriéndola con la cobija después. Siento la respiración de alguien detrás de mí y no hace falta que pregunte quien es, así que me alejo o al menos lo intento.  – ¿A dónde vas? –pregunta apretando de manera dolorosa mi muñeca.  – ¿Qué es lo que quieres, Yakov? El medico dijo claramente que no puedes tocarme, ni golpearme –recuerdo. A pesar de que no me ha hecho daño en tres meses, siempre debo permanecer alerta con él.  –No vine para eso. Deja de estar a la defensiva –se acerca a la cuna de mi hija –. Solo vine a ver a nuestra hija –niego con la cabeza y me coloco frente a la cuna, para no dejarlo pasar –, ¿qué estás haciendo, querida?  –Ya está dormida, por favor déjala tranquila.  – ¿Quién dijo que voy a despertarla? –frunzo el ceño –, déjame pasar.  –Sabemos que la niña llora cuando la tomas en brazos. Vete, ya la verás cuando este despierta –tampoco me puedo negar, no quiero que ella salga herida, no me lo perdonaría jamás.  –Bien entonces. Arréglate –se siente en el sillón de mi habitación.  – ¿Qué estás haciendo? –señalo la puerta –. Levántate y vete.  –Ya dije, Caeli. Arréglate.  – ¿Por qué? –cuestiono –, no puedes venir y simplemente decidir mi día... –él se levanta y se coloca frente a mí.  –No quieres hacer lo que te digo y te indigna que decida tú día –asiento –, ¿qué diferencia tiene lo que hacía Adrik con lo que yo te estoy ordenando? –esa pregunta me toma desprevenida.  – ¿Qué tiene que ver mi esposo en esto? –él me fulmina con la mirada y me toma de las mejillas con fuerza –¡Suéltame!  – ¿Cuántas veces tengo que recordarte que no eres más la esposa de ese idiota? –escucho sonar la hebilla de su cinturón y tapo mis oídos porque sé lo que pasará después –. Eres mí mujer, mi esposa. Eres de mi entera propiedad –el material de su cinturón hace contacto contra mi piel, haciendo que caiga sentada en el suelo protegiendo mi vientre.  –Yakov contrólate, por favor –no hace caso a nada de lo que digo. Escucho después el llanto de Irina –, estoy embarazada, ¿recuerdas? Voy a tener un hijo tuyo, seremos padres. Puedes lastimar a nuestro hijo, detente ya –tal como espere, con decir eso se detiene. Me toma toma de los brazos y me levanta mirándome con falsa preocupación –. Déjame –me suelto de su agarre y miro hacia la cuna de mi hija. Se ha despertado y está asustada. Antes de que pueda tomarla en brazos, él lo hace.  –Lo lamento preciosa, mami hace que papi se moleste. Prometo que no volveré a lastimarla –me mira sonriendo. Sin embargo yo no puedo como más que un monstruo.  –Dame a la niña –extiendo mis brazos pero él lo piensa bien antes de dármela –, mi vida. Está bien, tranquila, vuelve a dormir –él vuelve a sentarse en el mismo sillón –, ¿Qué haces aquí aun?  –Vamos a salir, Caeli. Ponte algo bonito –manifiesta mirándome de arriba a bajo.  –No me apetece salir en este momento, despertaste a Irina, debo volver a dormirla –digo. Aunque tenga razón y él sepa que lo que hizo a merita que descanse se niega a aceptar mi decisión.  –Llevas semanas diciéndome que quieres salir de estás cuatro paredes en las que normalmente te encierras y ahora no quieres salir, ¿es que te empeñas en llevar la contraria, Caeli? –muerdo mi mejilla internamente –, no te entiendo. Ni siquiera visitas otra parte de la mansión. Todo esto es tuyo disfrútalo... –En realidad solo quiero descansar, ya saldré otro día.  –No, no me entiendes. No te estoy dando a escoger, es una orden y debes obedecerla, Caeli –indica él alzando sus cejas. Espera que lo rete.  –... 
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