Fue una comida dolorosa, aunque la incomodidad no fue culpa de nadie. Tori había tenido buenas intenciones al invitar a Devin. Devin había actuado como si estuviera interesado en la vida de Cassie en Nueva York, aunque había comentado varias veces que no podía entender el atractivo de las grandes ciudades. A Cassie le incomodaba que siguiera mirándola como si ella fuera increíble y fuera de su alcance. No era culpa suya que fueran tan diferentes. Ella misma se sentía nerviosa, sabiendo que no podía evitar una confrontación familiar antes del final de la velada.
Ella tendría que bajar hasta la casa y enfrentarse a la proverbial música.
Emily había estado quisquillosa, como afectada por la incomodidad en la mesa, y Tori finalmente la había llevado a la habitación. La conversación tro
