Su rostro pasó del placer máximo a la total incomodidad en un abrir y cerrar de ojos, y esto lo notó rápidamente Jean Pierre, que mientras le miraba dejó inmóvil su mano, y se quedó extrañado al ver ese rostro que no solo lucía incómodo, sino que sus ojos dejaban entrever lágrimas.
Jean Pierre de inmediato interpretó como lágrimas de culpabilidad.
― ¿Qué sucede? ¿Acaso hice algo que no te gustó? ¿Te lastimé? ―Preguntó Jean Pierre, parecía sacado de onda, aquello le incomodaba también a él, pues jamás fue su intención hacer sentir mal a Aitana, mucho menos deseaba verla de tal manera, no si estaban a instantes de un momento placentero para ambos.
Sintió una gran parte de culpa, pues jamás vio venir eso que por un momento si llegó a pensar, era de suponer, cual
