Si Jordi no tenía palabras lindas para su esposa, tal vez alguien más lo haría, y si no, Aitana igualmente parecía no necesitarlas, pues notaba lo hermosa que se veía, y comprendía que podría atraer muchas miradas allí afuera, Jordi no opacaría la noche de Aitana, su error fue despreciar a su esposa y tratarla como si un objeto fuese. Aitana dejó su teléfono en la habitación y decidió salir esbozando una ligera sonrisa que no les llegaba a los ojos. Tenía que admitir que se sentía intimidada por la mala mirada que podría recibir de su esposo, pero más aún, por los comentarios que los conocidos podrían decir de ella al verla sin la compañía de Jordi. No obstante, Aitana quería dar una lección de que a ella no se le trataba como a cualquiera, y dejando de lado sus penas y mie

