A ese punto de la conversación, Jordi se sentía más que seguro de lo que haría a continuación, esta chica no lo ponía muy difícil que se diga, era la oportunidad de su vida. Y es que, ¿Qué hombre como Jordi, sin valores ni decencia, no tiene esa fantasía con su chica de los que haceres del hogar? Dio un último trago de su exquisito Whisky para preparar la voz y hablar con gran seguridad, una sonrisa perversa y un anillo en su mano derecha el cual no parecía representar nada en ese momento, el nido del amor veía como otra ave intentaba anidar. — Digamos que tu guardas un secreto y me acompañas a la piscina, te tomas una copa conmigo, me das un masaje y viendo tu desempeño yo te pago lo que realmente te mereces, y no hablo de lo que ganas al mes aquí, sería nues

