Tiempo después, Aitana estaba acostada entre ambas mujeres en aquella cama meditaba a plena madrugada, tenía un gran desconcierto dentro de sí misma. Por un lado, todo este tema de su esposo, el cual venía arrastrando desde hace tiempo atrás, y ahora, Jean Pierre que llegaba como un ángel caído del cielo a tratar de cambiar las cosas y a alterar sus emociones. Aitana quería dejar de lado los problemas y olvidarse de que estaba casada por un momento, sin embargo, no quería ser la causante de una separación y menos quería estar en boca de las personas diciendo que era ella la culpable de todo lo que podría suceder si se involucraba con otro hombre que no fuera Jordi. En medio de Rachell y Cloe, no parecía conciliar el sueño, trataba de no moverse mucho para no despe

