Casi una hora después, Aitana lucía realmente fantástica, más de lo de costumbre, su maquillaje muy simple pero perfecto para la ocasión, el perfume que inundaba el lugar de ese aroma encantador a esencias suaves y feromonas, cualquier hombre que le mirara y le oliera caería rendido a sus pies, además de lo delicada que lucía con cada prenda que escogió a perfección para ese momento, no podía haber sido en otro momento sino en uno como este. Solo seguía habiendo un pequeño inconveniente, aquella persona con quien quería encontrarse esa noche, parecía no dar señales de vida, no había rastro alguno de él, era de esperar, este hombre desaparecía aun incluso cuando estaba bajo la mirada de ella misma. Aun así, no vio un gran inconveniente, Aitana iría por él, sabía dónde conseg

