Capítulo20; Siguiente Nivel.

1873 Words
Cuándo siento sus dientes morder con suavidad, comienzo un extraño ascenso, desconozco hacia donde voy, lo único que sé es que mis manos se aprietan con más fuerza, mi respiración es más agitada, el aire deja de circular con facilidad, en cambio mi cuerpo comienza a sentir que está siendo comprimido y cuando menos lo espero, algo, no sé qué, explota dentro de mi ser, arrancándome un grito tan fuerte e intenso que creo que me pueden haber escuchado a kilómetros a la redonda. Mi respiración es muy agitada, pero siento que por fin puedo respirar, abro mis ojos con lentitud y consigo al Maestro sonriendo, mientras con la lengua limpia sus labios. —Eres muy dulce— me asegura y no me siento capaz de responder, no puedo respirar con normalidad y todo mi cuerpo tiembla de estremecimientos— ese ha sido oficialmente tu primer orgasmo— disfruto de que un orgasmo sería tan bueno, me parece Maravilloso— Es el primero, pero no el último de esta noche Irina. Hoy te esperan muchos como ese. . . quizás mejores— lo miro con ojos hambrientos, confiando en su promesa y anhelando que me de muchos, muchos como ese. —Fue. . . increíble— logro responder con voz más tranquila— no imaginé que se sintiera tan bien. . . —Será mejor cuando esté dentro de ti. . . disfrutaré cada instante— me dice besándome. Siento mi sabor en su boca y creo que es muy sensual. Siento que me acaricia y me sorprendo de que mi cuerpo vuelva a estremecerse tan pronto, acabo de disfrutar de un orgasmo. ¿Cómo es posible que esté ansiosa nuevamente? Se separa de mi y con rápidos movimientos se desnuda, creo que me he ruborizado. ¿Cómo diablos se supone que albergue semejante prospecto dentro de mí? ¡No soy capaz de eso! Pienso llena de angustia y sintiendo un poco de miedo. Creo que El Maestro, ha podido leer mi expresión porque, sonríe y me mira. —Tranquila Irina, no es tan difícil como parece, es de lo más natural del mundo. Créeme que puedes hacerlo. Mi ceño se frunce. ¿También puede El Maestro, leer mis pensamientos? Lo veo acercarse y de pronto me tiene oprimida entre el peso de su cuerpo y el colchón. Comienza con las caricias sensuales y lentas, mientras su lengua explora cada rincón de mi boca. Pronto olvido las preocupaciones. Nada me importa, solo quiero tenerlo pegado a mí. Su cuerpo es grande, duro, caliente y me está volviendo loca. Extiende su mano a la mesita de noche y extrae un paquetico plateado, sé qué es. —¿Podría intentar yo. . . — mi mirada se centra en su erección mientras saboreo mis labios. Él sonríe satisfecho. —Lo harás Irina, pero no ahora. Esta vez es para dedicarla completamente a ti, quiero que sientas tanto placer cómo sea posible, luego te enseñaré cómo darme placer. —Asiento un poco decepcionada. Con mucha agilidad desliza el condón sobre su firme erección. —Creo que estamos listos— dice antes de besarme nuevamente. Me recuesta sobre la cama, y alcanza una almohada que coloca bajo mis caderas, elevándome un poco— será más cómodo para ti, por ser tu primera vez, y a mí me dará más acceso. —Asiento y los nervios vuelven a mí. Estoy abierta de piernas, completamente expuesta a su hambrienta mirada y a punto de recibir su enorme erección dentro de mí. Eso, si soy capaz de hacerlo, aún lo dudo aunque él asegure que puedo hacerlo. Mis nervios aumentan cuando lo siento elevarme más los muslos, es imposible que quiera separar más mis piernas. No es posible. —¿Nerviosa?— pregunta sin apartar la mirada de mi intimidad, al parecer le encanta lo que ve. —Un poco— respondo con sinceridad— se inclina sobre mí y me besa los labios. —Seré cuidadoso. . . solo ésta vez Irina, luego te demostraré lo que es sexo salvaje— sus palabras me hacen temblar. Siento que oprime un poco en mi entrada, siento algo de incomodidad. Firmemente empuja un poco y mis ojos se agrandan por la sorpresa. —No creo que. . . — digo con dientes apretados. —Puedes. Confía en mí— empuja nuevamente y siento como avanza en mi interior, creo que me saltaran las lágrimas, es imposible no llorar. Me duele más de lo que esperaba. Un nuevo y pequeño empujón me hace sujetarme nuevamente de las sábanas, ahora no es placer lo que siento, sino un terrible dolor. ¡Juro que El Maestro me partirá en dos! —Ssshhh— me calma cuando una lágrima resbala de mi ojo derecho. No respondo, sino que sigo apretando los dientes— eres deliciosamente estrecha Irina, que maravilla, ésto será lo peor, luego te juro que solo sentirás placer. — Quiero creer en su promesa, pero el dolor amenaza con hacer que lo empuje y le haga alejarse de mi. Su frente esta perlada de sudor, y al parecer realiza un gran esfuerzo. Me eleva un poco más y siento como empuja con fuerza llegando a las profundidades de mi ser, la barrera que lo mantenía afuera a cedido por completo. Un pequeño grito escapa de mi boca, no hubiese querido que fuese así, pero no pude evitarlo. Él se mantiene inmóvil como dándome un poco de tiempo, lo miro con ojos enormes. —Duele. . . —es lo único que le digo. —Sí. Pero pasará pronto— ni siquiera mueve mucho los labios— eres endiabladamente estrecha Irina, estás presionando me dentro de ti, de manera inconsciente, y es delicioso, me cuenta no embestirte como una bestia— no habla, ahora gruñe, como una animal enjaulado,.ansiando liberación. Yo me quedo en silencio, y pronto, como El Maestro prometió, el dolor comienza a dimitir, ahora comienzo a sentirme tan bien con su presencia en mi interior. Solo queda un pequeño ardor, pero el placer comienza a aumentar. —¡Diablos, Irina!— gime. —Adelante— le concedo el permiso que me ha suplicado en silencio, y me muevo contra él acentuando mis palabras, mientras contento el pequeño ardor de mi intimidad. Gruñe y desciende hasta cubrirme plenamente con su cuerpo, su peso no es agobiante, por el contrario, es bastante reconfortante. Sus labios son dulces, me besa con ardor y deseo. Me mira a los ojos y susurra. —Bienvenida al siguiente nivel, Irina Roberts. Después de decir aquellas palabras comienza a embestirme, con delicadeza, se retira un poco, solo para volver a entrar, creo que mi respiración comienza a fallar nuevamente, se siente delicioso. Con cada embestida llega a profundidades que eran inexploradas, y crea en mi sensaciones insospechadas. No hay dolor ahora, solo la necesidad de sentirlo cada vez más cerca, no sé cuando he comenzado a gemir, quiero cerrar mis ojos y cuando comienzo a hacerlo, sus palabras llegan claras. —Mírame Irina— me ordena y obedezco, fijo mi mirada en él. Lo miro a los ojos. Son verdes, tan hermosos que me hacen desear perderme en ellos. Mis caderas se mueven al ritmo que el marca y el colchón me hace rebotar hacia el cuerpo de él. De pronto sus embestidas suben en ritmo e intensidad, le rodeo la cintura con mis piernas mientras me dedica deliciosas embestidas que me están arrancando la cordura, es exquisito, es delicioso, la manera en la que me toma. Gimo, grito, y hasta lloriqueo un poco, no puedo creer que El Maestro, al fin me esté haciendo suya. —¡AHHHH!— grito en medio del placer, al sentir que oprime mis senos con fuerza y se dedica a masajearlos. —Diablos— gruñe él, tomándome como un hambriento. Sus manos recorren mi cuerpo, se detienen en mis caderas y me oprimen contra la cama mientras sus movimientos han incrementado a una velocidad increíble. De pronto voy ascendiendo nuevamente, ya conozco la sensación y casi grito de felicidad. . . tendré mi segundo orgasmo de la noche. Mi cuerpo se hace liviano, se infla en mi ser la culminación del goce, asciendo a las cumbres de placer en brazos del Maestro. Y tal como la primera vez, cuando menos lo espero el éxtasis estalla dentro de mí robándome el aliento, arrancándome la respiración y amenazándome con el infinito placer, arqueo mi espalda y me aferro con fuerza a la suya, mientras mi cabeza va atras. Mi corazón se detiene por una fracción de segundos, y un grito de puro placer escapa de mis labios sin poder ser contenido, grito porque el orgasmo es más intenso que el anterior, más potente, más abrasador. El Maestro, me embiste un par de veces mientras estoy perdida en mi placer, luego gruñe largamente y se desploma sobre mi. Su cuerpo está sudoroso y caliente. Siento los latidos de su corazón, en una discorde armonía con el mío, suena ilógico. Lo sé, pero es la mejor manera de expresarlo. Ambos galopan acompañados y tan distantes al mismo tiempo, cierro mis ojos y me permito disfrutar de los espasmos que recorren mi cuerpo. Allí nos quedamos por lo que parecieron horas. Luego él se levanta y va al baño, cuándo vuelve está libre del condón, y me permite una vez más disfrutar de su hermosura a plenitud. —Mañana iremos al médico, necesito que uses protección, que te receten pastillas o algo así, no quiero volver a usar el maldito condón. . . al menos, no contigo— me sonríe— ha sido fantástico y me vuelve loco la idea de sentirte sin ningún látex de por medio. Sonrío porque su comentario sincero, ha sido de lo más ardiente. . . ¿realmente ha sido el comentario o, ahora yo me he vuelto una pervertida?, ¿cada cosa que dirá El Maestro, de ahora en adelante tendrá una carga s****l para mí? No lo sé, pero seguramente lo averiguaré. —Podrías no usarlo— le digo— mañana tomaré la píldora del día siguiente— me mira frunciendo el ceño— que hasta hoy haya sido virgen, no quiere decir que sea tonta o plenamente ingenua Maestro, me informo de algunas cosas— sonrío con suficiencia. —Te ves hermosa, Irina, cómo una diosa de la lujuria, te ves preciosa—su voz ronca inunda mis oídos. —Es porque lo soy— respondo segura de mi misma. Una sonrisa ilumina su rostro— me levanto de la cama, mi entrepierna punza con un leve dolor. . . quizás ardor, pero no estoy dispuesta a ceder ante él, mi cuerpo hará lo que yo diga, mañana puede quejarse todo lo que quiera. No esta noche, esta noche es mi gran noche con El Maestro, y no estoy dispuesta a dejar que nada se interponga entre nosotros. . .al menos, no hoy. Llego hasta él, estando completamente desnuda, él observa mi cuerpo y sonríe. —Maestro. . . — rodeo su cuello y atraigo su boca hacia mí, cuándo compartimos el mismo aliento, cuándo mi boca está junto a la suya entonces susurro— estoy lista para mi tercer orgasmo— y sin más reclamo su boca.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD