Jay Me encantó este restaurante sencillo al que Evan me llevó. Demuestra que nunca debes juzgar un libro por su portada. Claro, el exterior parecía que este lugar necesitaba ser clausurado, pero la comida fue fabulosa. Además, mis sobras de pescado mahi mahi sirvieron para alimentar a los peces en el océano. Fue genial verlos comer. Evan me explicó que una pareja de chicos gay que conoció en la escuela le había presentado el lugar. También mencionó que estos dos eran los que no podían creer que él fuera el heredero de Stephen Case. —Evan, respóndeme honestamente. Si pudieras, ¿iniciarías tu propio estudio de arquitectura? —le pregunté. —Jay, sabes que no puedo —respondió Evan. —No pregunté eso, pregunté si pudieras. Imaginemos que no vas a hacerte cargo de Case Enterprises. ¿Iniciarí

