Jamie
Tenía que controlarme. Sí, Kevin era increíblemente sexy. Sí, era genial con su sobrina. Pero este también era Kevin Kincaid, quien sabía que podía ser increíblemente egoísta. Había una razón por la que no funcionaron.
¿Ahora decía que yo era su mujer perfecta que se le escapó de las manos? Una cita con él no era suficiente para que volviera corriendo a sus brazos y me pusiera un vestido blanco para él.
Respiré hondo y agarré un menú de pizza del refrigerador en la cocina de Keira. Cuando regresé a la sala de estar, vi a Kevin con Lizzy en el suelo.
Ella estaba de pie con una de sus manos envuelta alrededor de cada uno de los dedos de Kevin. Estaba tratando de aprender a caminar.
Vaya, realmente necesitaba dejar de hacer que me derritiera con esos actos. No me ayudaba a mantener
