Adam Recibí un mensaje de texto de Kevin diciendo que vendría con Keira para pasar un rato y distraerla. Salí al frente de la casa para esperar su llegada, principalmente porque quería ver a Keira y asegurarme de que estuviera bien. Cuando llegó su coche, me sorprendió ver que en realidad era ella quien conducía. Ni siquiera sabía que tenía licencia de conducir. Ella y Kevin salieron del coche, y me acerqué a ellos. —No sabía que manejabas —comenté a Keira. —Sí, no lo hago muy seguido, pero puedo manejar. Solo tenemos un coche para compartir y Kevin lo necesita más que yo; además, no me importa caminar —dijo Keira. —¿Cómo te sientes hoy? —inquirí. —Estoy bien, solo... —Se quedó en silencio y miró hacia abajo. —Está bien. Creo que mi mamá está horneando algo, ¿quieres pasar a verla?

