Keira Adam y yo nos demoramos un poco más en la ducha de lo que deberíamos. Digamos que Adam me lavó y yo lavé a Adam, pero nunca me di cuenta de lo divertido que podía ser. Estábamos vistiéndonos y Adam comenzó a reírse. —¿Qué te parece tan gracioso? —le pregunté. Se acercó a mí usando solamente un par de jeans. —La primera vez que vi tu cuerpo fue en mi baño. Estabas en sostén y tenías menos —Nunca pensé que verte así nos llevaría a disfrutar en un baño de hotel —dijo. —Entonces, ¿estás pensando que los baños son nuestra cosa? —Me reí de él. —Quizás, ya que no podemos usar la casa de la piscina ahora. —Se rio. —Oh, tú, vístete. Jay estará aquí en cualquier momento y tal vez no quiero que él se quede mirando estas cosas y tú las tienes —le dije, pellizcándolo en el estómago. Un p

