Kevin —Chicos, por mucho que me guste la sensación de los pantalones cortos de mi hermanito, realmente creo que necesito ir a casa y ponerme mis propios calzoncillos —nos comentó Austin. —¿Qué, mis bóxers no eran lo suficientemente buenos para ti? —se rio Adam. —Ah, no. Así que, ¿alguien puede llevarme de regreso a casa, ya que anoche me recogieron para ir al club y luego me trajeron aquí? —preguntó Austin. —Te llevaré a casa —le respondí mientras sacaba las llaves de mi coche de mis pantalones. Me despedí de mi sobrina con un beso. —Cakie —balbuceó. Amo a esta pequeñita. Austin la siguió y ella le decía balbuceando: —Aussie. Sus nombres de bebé para nosotros eran adorables. Es increíble, somos básicamente unos conquistadores, pero esta pequeña nos convertía en tontos ridículos.

