Nicolas
El avión aterrizó en Denver por la noche, pero mi mente seguía allá… con ella.
Me había despedido de Melissa hacía apenas unas horas y ya sentía que algo me faltaba, no era dramatismo, era certeza.
Porque cuando abrazas a alguien que te hace sentir en casa, todo lo demás se vuelve ruido y hoy, el ruido era ensordecedor.
Entrené al día siguiente con la mente más clara y el pecho más lleno que nunca.
Melissa me había dado algo más que un beso y una despedida, me dio dirección y motivación para lograr mis sueños.
Cada vez que tomaba el balón, pensaba en ella, en cómo me miró cuando le prometí volver, en cómo me abrazó como si pudiera arreglarse con solo quedarse.
Los muchachos notaron algo, por supuesto que lo notaron, porque simplemente se me notaba que estaba enamorado.
—¿Qu
