Llego de los Ángeles a Nueva York tras una llamada que mi padre me hizo con urgencia. Estoy sentado en mi escritorio observando detenidamente el documento que me hace acreedor de la empresa que mis padres fundaron con tanto amor y esfuerzo, a Alissia le fueron entregadas las acciones e inversiones que ellos hicieron fuera de la empresa familiar, esta es una empresa con dos sedes en dos estados del país. El nivel de exposición que ha tenido nuestro trabajo nos ha hecho crear oficinas no solo en Nueva York, sino que en california también.
La empresa está ubicada específicamente en Manhattan como sede principal.
—¿estás bien hijo? —dice mi padre
—No, no esperaba esto tan pronto padre creí que seguirías al frente de la empresa como habíamos acordado.
—Lo haré, estaré a cargo de estas oficinas por ser las centrales, pero lo demás lo harás tú para eso te has preparado mucho además ya tienes tus propias inversiones y te ha ido bastante bien hijo, ya verás que te irá muy bien al frente de la empresa. Ali está de acuerdo que seas tú el que la dirija.
—No lo sé papá, siento que es muy pronto ¿no crees?
—No, tu madre y yo estamos de acuerdo en que ya es hora de que nosotros descansemos y darles lo que corresponde.
Para mí ser el dueño no era un problema, sino que me daba pesar porque esto tenía solo una explicación y es que mis padres estaban envejeciendo muy rápido.
—Viste a esa hermosa chica —me dice Lucas.
—No, no puse atención.
Estamos almorzando en un restaurante cerca de la oficina.
— Buenas tardes. —dice la chica que Lucas había visto hace unos minutos atrás
—Hola. —responde Lucas.
Se me hacía muy linda la chica, pero no era más que eso.
—Él mi jefe Alessandro, es el dueño de la empresa INVERSIONES DNZ y yo soy Lucas, ¿Cómo te llamas?
—Es un placer, me llamo Lía trabajo al lado de ustedes. Es un gusto, solo quería saludar ya debo irme.
—Ale creo que tú y ella harían linda pareja.
—No. Lo dudo
Después de todo Lucas me convenció de invitarla a salir.
—Eres muy lindo, nunca salí con alguien importante.
—¿importante?
—Si, que fuese importante para mí.
—No sé qué decir al respecto.
Se sentía tan incomodo estar con ella, pero la verdad traté de no pensar mucho en ello y disfrutar de su compañía, Lucas puede que tenga razón y son solo ideas mías, varias semanas después de estar saliendo nos hicimos novios.
—Ale, esa muchacha no me gusta para nada espero que tengas cuidado hermano. No sé se siente muy extraña. ¿son novios ya?
—Sí, ya tenemos varios meses y me siento cómodo con ella, no tienes de qué preocuparte hermanita.
—Solo ten cuidado hijo.
—Lo haré mamá.
Ahora que soy el dueño de una de las empresas más importante en este país, hemos acordado en llevar la empresa a Italia, para mi padre es muy importante llevar un poco de lo que él ha logrado crear a su país natal, la sede estará en Milán. Está programado que el viaje dure por lo menos un mes y medio por dicha tengo a un equipo de trabajo bastante bueno que me ayudan en todo en estos procesos de viajes. En Manhattan me espera Lía con quien tengo una relación de casi siete meses y aunque mis padres definitivamente no están de acuerdo con la relación ya que para su gusto Lía es un poco extraña, no se involucran en mis decisiones. A mis 34 años sigo soltero, aunque siendo honesto no es algo que me desvela o me moleste porque quiero encontrar a la mujer correcta con quien compartir mi vida más allá de lo mucho o poco que tenga. Antes de partir decidí pasar a despedirme de ella, tendremos un largo tiempo sin vernos y la voy a extrañar mucho.
—¿Qué haces aquí? —me dice ella, lo cual siento extraño.
—Bueno recuerda que hoy salgo de viaje y vine a despedirme, el viaje será de casi dos meses Lía — yo la noto un poco nerviosa.
— Está bien amor, que te vaya bien. Me avisas cuando ya regresas.
—Si amor, vendré a verte.
Me despido de ella, la beso y su beso se siente frio, sin ganas.
—Te estaré esperando con mi regalo. —yo le sonrío
—Está bien, te buscaré algo lindo.
—Obvio no, te enviaré una foto amor.
— Ok
Me monto en el auto, conmigo viaja Lucas quien es mi mejor amigo y Mateo él es uno de mis empleados de confianza. Llegamos al aeropuerto y abordamos nuestro vuelo, durante el viaje voy pensando en lo extraño que sentí a Lía y aunque siempre me pide regalos algunos costosos para ser honesto, nunca me había dicho que me enviaría fotos de algo en específico para que se lo comprase.
—¿Estás bien jefe?
Me pregunta Mateo, yo vuelvo a ver a Lucas.
—No sé, noté muy extraña a Lía Mateo.
—Jefe yo no soy de meterme en su vida, pero estoy seguro que esa muchacha está con usted por el dinero.
Suncomentario me tomó desprevenido, pero no era la primera vez que escuchaba eso.
—¿tú crees? Mateo —dije ya que no lo veo así.
—¿Qué sucede? —Es Lucas interrumpiendo.
—No nada Lucas es solo que estoy preocupado, noté muy rara a Lía sabes.
—Seguro no es nada amigo
Después de horas aterrizamos en Roma donde tendremos varias reuniones estas primeras dos semanas y luego iremos a Milán donde nos espera otras tres semanas de reuniones con personas importantes en la industria. Conforme han pasado los días no he sabido nada de Lía excepto por las fotos que me envió para que le compre alguno de ellos o todos.
—Buenos días mi amor —le escribo a Lía — Se extendió el viaje por dos semanas más Luca regresará mañana y te llevará el regalo que quieres.
—Hay está bien Alessandro lo importante es que puedas hacer el negocio que quieres y con que me mandes mi regalo está bien.
— Bueno amor está bien, te quiero.
— Yo también, chao.
Mateo me observa detenidamente y siento como si quisiera decirme algo.
—Jefe tenemos que irnos, recuerde que son varias horas de viaje.
Lucas se ha ido a Nueva York a seguir con unos negocios que quedaron pendientes para esta semana y aunque me hubiera encantado darle el regalo Lía decidí enviárselo con él para que esté feliz, probablemente le compre otro para dárselo personalmente y sepa cuanto la quiero, creo que ha llegado la hora de sentar cabeza le pediré que se case conmigo.
—Buenas tardes Mr. Dinuzzo lamentablemente las reuniones se han cancelado y están programadas para dentro de dos semanas en Nueva York si así lo tiene a bien. Lamentamos enormemente el inconveniente. —me dice la asistente del Mr. Conte.
—Está bien te agradezco mucho, te pido que me informes cuando los señores piensan viajar para tenerles todo listo para su hospedaje.
Dicho todo esto Mateo y yo decidimos quedarnos en el hotel esta noche y viajar mañana, yo compré un detallito para Lía y he decidido no avisarle para llegarle de sorpresa. La verdad es que la extraño mucho y ya deseo verla, aunque me da pesar no haber logrado cerrar el negocio.
—Ale ¿estás seguro de querer pedirle matrimonio a Lía? Es muy pronto a mi parecer.
—Hay madre, no me voy a casar mañana.
—¿tú la amas?
—Creo que sí, no sé ma. —Estaba seguro de quererla pero no de amarla. —últimamente he sentido una vibra muy rara.
—Entonces te pido que des un poco más de tiempo.
—Lo haré madre, te tengo que dejar porque debo levantarme temprano.
Es una sensación extraña, desde que estoy aquí siento como si algo no anduviera bien y a veces creo que mi relación con Lía es solo una fachada, se puede sentir cuando solo es uno el que da todo por estar bien y en este caso soy solo yo.
—¿Traes todo contigo jefe? No vaya hacer que dejemos algo olvidado.
— Vamos Mateo deja de decirme jefe, sabemos que podemos ser amigos. Tenemos la misma edad y me siento viejo cada vez que me llamas así, por favor dime Ale o por lo menos Alessandro…. Mateo es muy de mi confianza, pero a pesar de ello siempre me llama con formalidad.
—Lo siento Alessandro es que aún no me acostumbro y como soy solo un empleado siento que no es lo correcto.
—Como tú jefe te pido que no me digas jefe, vamos hermano ¿podemos ser amigos o no?
—Sí por supuesto.
Nos marchamos del hotel y yo solo deseo llegar lo más pronto posible para hablar con Lía para saber que está pasando y darle una solución a esta situación, a veces considero que no vamos a ningún lado como pareja mas no sé si puedo juzgarla por lo que siento o pienso con respecto a su forma de quererme
—Sabes que Mateo, estaba pensando en pedirle matrimonio a Lía. —Mateo me ve un poco incrédulo.
—¿Lo vas a hacer? Alessandro
La azafata interrumpe avisando que estamos por aterrizar y en mi mente la idea de pedirme matrimonio seguía girando, pero en mi interior comprendía que con ella no llegaría lejos y sería un matrimonio fallido, no es algo que quiera para mi vida porque desde chico he tenido como referencia el matrimonio de mis padres y es un ejemplo que quiero seguir para mi futuro sin embargo la quería y mucho pero no estaba seguro de amarla.